@V. R. / Es Mercat Nou ha celebrado hoy su 40 aniversario. Las cosas han cambiado mucho desde su puesta en marcha. «Los primeros años no dábamos abasto», recuerda una pescadera. Hoy, en cambio, hay poco trabajo. Es sábado, el día de la semana de más afluencia, y aún así hay muy poca clientela comprando en los puestos de frutas y verduras, carne o pescado.
Muchas paradas han bajado la persiana por la crisis de identidad que sufre es Mercat y la caída en picado de las ventas y eso, indudablemente, afecta a la imagen general de la lonja y a su futuro. «Antes venían a hacer la comprar hasta los propietarios de los restaurantes. Por desgracia, ya hace mucho tiempo que eso no ocurre», apunta la propietaria de otro puesto.
«Cada vez es más complicado mantener el negocio. Antes se vendían hasta 40 kilos de gerret en un solo día y ahora es raro que salgan tres o cuatro», afirma otra empresaria que lleva «toda la vida» en el Es Mercat y que afirma, entre risas, que ha dado casi la vuelta completa al recinto yendo de puesto en puesto por los cambios de ubicación que se han ido produciendo con los años.
Las actividades de dinamización organizadas para celebrar el aniversario por lo menos han dado este sábado algo de ambiente a la plaza, que ha amanecido con una decoración especial a base de globos y que ha contado, asimismo, con degustaciones de producto local, talleres infantiles y varias representaciones, además de la cata de un pastel con la que se ha celebrado el cumpleaños.
Es Mercat, cuyas concesiones expiran este mismo año, afrontará en breve una profundo cambio. El edificio actual desaparecerá y en su lugar se levantará otro de cuatro plantas, dos subterráneas para aparcamiento, una en superficie para los puestos que hay en la actualidad y una superior en la que, en teoría, está previsto que haya un centro comercial.
El proyecto ha creado mucha incertidumbre entre los paradistas, cuyos puestos se ubicarán de forma provisional en las pistas polideportivas del antiguo colegio de Sa Bodega, junto al parque de la Pau, pero, sobre todo, entre quienes explotan los bares de la parte exterior. Y es que todavía no saben si podrán continuar con su actividad durante los 18 meses que durarán las obras, como harán el resto de negocios, lo que les abocaría a la desaparición, lamentan.
E·l problema de Ibiza es que está avanzando inexorablemente hacia su autodestrucción.Dios nos ha dado una isla de una belleza y unas condicioes de productividad inimaginables y a la vez de unas gentes que la habitan tadaviano saben valorar. Llegará un dia que tanto la produción agrícola como ganadera va a superar a la riqueza producida por el turismo.La impotancia de las decisiones que se vayan a tomar desde ahora necesitará de un gobierno de personas capaces de poner el destino de las personas en general por encima de otras que solo buscan su provecho personal. Hay que parar el tren ya o nos vamos directament hacia el abismo. El nuevo mercado no se debe hacer ; hay que mantener el an tiguo así como está por muchos años más (otros 40 años más).
Parece que hay quien no se ha enterado que es el edificio el que no puede aguantar más que algunos años más.
No es un capricho hacer un mercado nuevo, sino una necesidad.