@Noudiari / Coincidiendo con el día Internacional de Acción por la Salud de la Mujer el 28 de mayo, el Col·legi Oficial de Psicologia de les Illes Balears (COPIB) hace un llamamiento a las administraciones, colegios profesionales, entidades de todos los ámbitos y a la ciudadanía en general, para colaborar en la promoción de medidas que favorezcan el empoderamiento de la mujer con trastorno mental grave (TMG), con el objetivo de erradicar el abuso y la doble e incluso triple discriminación que padecen. Al respecto, la institución colegial recuerda que los servicios y la atención sanitaria que reciben hoy estas mujeres, tratamiento farmacológico fundamentalmente, conduce en muchos de los casos a la cronificación de la problemática que les afecta, en vez de propiciarles ayuda psicológica para el autocuidado y descubrir sus propios recursos.
Los profesionales de la psicología de las Islas señalan que la dimensión de género continúa siendo una asignatura pendiente en cuestiones relacionadas con la salud mental, cuando la realidad es que la mujer con trastorno mental sufre las mismas desigualdades que cualquier otra mujer, además de la discriminación añadida por la propia enfermedad mental o, en su caso, por la discapacidad. El último informe elaborado por la Asesoría Jurídica y el Comité Jurídico de Salud Mental España avala esta información, revelando que hasta el 75% de las mujeres que sufren una enfermedad mental, ve quebrantados sus derechos fundamentales.
A ello hay que añadir que las cifras, ya terribles, de violencia contra la mujer (considerado un problema de salud pública por la OMS desde 2005) se incrementan de forma considerable en este sector de población: 3 de cada 4 mujeres con TMG han sufrido en algún momento de su vida violencia en el ámbito familiar o de la pareja.
En la misma línea, el estudio ‘Diagnóstico sobre la situación frente a la igualdad de mujeres y hombres’ realizado por FEDEAFES, Federación vasca de asociaciones de familiares y personas con enfermedad mental, ha permitido constatar la menor participación de las mujeres con respecto a los hombres en los programas y servicios dirigidos a personas con problemas de salud mental. En cifras, se atiende al doble de hombres que de mujeres y las razones que se apuntan para justificar esta brecha de participación, entre otros, son: el rol tradicional femenino, que las vincula al trabajo doméstico; el papel de las familias, que las sobreprotegen y las impulsan en mayor medida a quedarse en casa; el escaso nivel de empoderamiento de las mujeres con problemas de salud mental, que les impide percibirse como sujeto de derechos; el hecho de que los recursos estén diseñados atendiendo a un patrón de necesidades masculino, centrado en el autocuidado básico, para el que las mujeres disponen de más herramientas, mientras que ignoran los requerimientos más sofisticados de cuidado femenino, centrados en lo emocional y en lo relacional.
La investigación también concluye que la menor utilización de los recursos y servicios priva a las mujeres con TMG de oportunidades para la participación social, un ámbito en el que presentan una clara desigualdad respecto a los hombres y que afecta especialmente al terreno laboral.
Por todo ello, el COPIB incide en la importancia de coordinar esfuerzos para visibilizar esta problemática con campañas y acciones específicas, que pongan a disposición de las mujeres con trastorno mental grave y las personas de su entorno recursos específicos de ayuda que permitan hacer extensivo el movimiento de empoderamiento que vive la mujer a nivel global al ámbito de la salud mental y perseverar en el progreso del bienestar general de la ciudadanía.