EFE / Agentes del Cuerpo Nacional de Policía (CNP) han liberado a cuatro víctimas de trata que estaban siendo explotadas sexualmente en Valencia y que iban a ser trasladadas a Palma e Ibiza para ejercer la prostitución en la temporada de verano.
En esta operación han sido detenidas doce personas que captaban a las mujeres en Nigeria con falsas promesas de un futuro mejor en Europa y a quienes, una vez en España, informaban de que habían contraído una deuda con la organización, que en muchos casos llegaba hasta los 35.000 euros, y que debían saldar mediante el ejercicio de la prostitución.
Según ha informado la Policía en un comunicado, y dentro del Plan contra la Trata de Seres Humanos, la operación se inició en abril de 2017, cuando una mujer presentó una denuncia en calidad de testigo protegido.
Engaños y rituales vudú
La víctima manifestó que en su país de origen, donde vivía en condiciones precarias, fue captada y engañada para venir a España bajo la promesa de empleo y una mejor calidad de vida, pero una vez aquí la organización le informó de una deuda que supuestamente había contraído con ellos en concepto de viaje, que debía devolver prostituyéndose «bajo amenazas y agresiones».
Tras más de un año de investigación, los agentes han conseguido identificar a los miembros del grupo, que según ha señalado la Policía, tenía «una estructura perfectamente organizada» para captar víctimas en Nigeria.
La organización trasladaba a las mujeres nigerianas hasta Italia, desde donde viajaban generalmente con documentación falsa hasta España, donde eran obligadas a ejercer la prostitución en la zona de Nazaret (València) o en casas de citas.
Según fuentes policiales, antes de comenzar el viaje las víctimas eran sometidas a rituales de vudú para doblegar su voluntad y obligarles, bajo amenazas, a que se comprometieran a pagar la deuda que contraían con los explotadores, así como a no denunciar ante las autoridades.
La investigación culminó con un operativo policial cuando se tuvo conocimiento de que las víctimas iban a ser trasladadas a Palma e Ibiza a ejercer la prostitución, con motivo del comienzo de la temporada de verano en esas localidades.
Todas las víctimas prestaron declaración en calidad de testigo protegido de acuerdo a lo establecido en el Protocolo contra la Trata de Seres Humanos.