‘La mujer’, por José Luis Torres Ramón
Vivimos unos tiempos, en los que yo estoy plenamente convencido de que hay cosas que se nos han ido de las manos, entre ellas, el feminismo de genero, que no feminismo. Me sorprende ver, escuchar y leer como estas mujeres pueden protestar todo lo que quieran (nada que objetar), pero a la que discrepes con una de ellas, lo llevas claro, se desatan todos los infiernos. Te empiezan a caer improperios, cual lluvia de granizo. Entre ellos, como no, machista, y el no menos sufrido, fascista. Pero ya saben, nada como contentarlas expresando una frase histórica: “miembras y miembros”.
Se trata de un feminismo desnortado, y encima se esta imponiendo a través de subvenciones (con mi dinero, y el de muchos otros que no están de acuerdo), ya que es lo políticamente correcto, cuya intención es la de defender sus intereses (perfecto), de apoyar la “liberación” de la mujer.
Esto es lo mismo que afirmar que todas las mujeres son iguales y es por eso que, cuando se refieren a la mujer, lo hacen en singular y no en plural. Y lo hacen porque creen que todas las mujeres tienen las mismas aspiraciones y que son merecedoras de los mismos derechos. ¿Es esto así? No, basta con echar una miradita a nuestro alrededor para poder ver que se trata de una simpleza. Estoy absolutamente convencido de que no todas las mujeres (afortunadamente) sienten lo mismo, ni piensan de igual manera, ni tienen las mismos deseos (líbrenos del pensamiento único que tratan de imponer).
De la misma manera, tampoco los hombre somos un todo uniformes. La variedad y diversidad es lo común en el género humano (menos mal). Esta es la verdad. No nos engañemos: la diversidad es la variedad en el género humano (para lo bueno, y para lo malo).
Nos gustará o no, pero para una buena parte de la sociedad española el término feminista suele ir asociado a enfado y al ánimo de venganza contra los hombres (son todos iguales, y otras lindezas). ¿Tiene lógica su forma de pensar y actuar? Yo creo que no. No digo que no se pueda ser feminista, como si quieren ser sexadoras de pollos, pero sin que ello conlleve un ánimo de revancha o, lo que es peor, un menosprecio hacia los hombres, como está pasando. A través de la mentira, lo único que están construyendo es un feminismo de género que no es mas que una ideología totalitaria, es decir, nos quieren imponer aquello contra lo que supuestamente luchan.
La culpa de todo este despropósito no la tiene el cha-cha-cha, la culpa la tiene una suerte de teorías desafortunadas sobre una conspiración patriarcal fantasma. Llegan a tal punto de surrealismo que ven a las mujeres de Occidente como reas de un sistema de injusticia y represión. Según esta teoría, cada logro humano en realidad lleva el sello del patriarcado: literatura, filosofía, ciencia, música o lenguaje. Para ellas, no es suficiente con que las leyes o tradiciones sufran cambios, no. No les basta, quieren que el sistema entero sea desmantelado y reconstruido a su manera.
Quede claro que yo no estoy en contra de las feministas “tradicionales”, aquellas que alzaron (y alzan) el estandarte de la liberación femenina reivindicando mejoras salariales o un digno acceso a las profesiones consideradas únicamente de hombres. Pero sí estoy en contra de esta idea totalitaria que, como no puede ser de otra manera, incluye el aborto y la muerte del matrimonio y la familia (el núcleo central de la sociedad ). Finalmente, como guinda del pastel, la religión ¿Por qué? Porque según ellas se trata de instituciones opresoras y caducas. El derecho a la libertad de religión no es un capricho del patriarcado, se trata de un derecho reconocido por diferentes tratados internacionales, entre ellos, la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
El feminismo de género, como no tenía donde aferrarse, no le ha quedado más remedio que hacerlo a la nueva lucha de clases, si bien en este caso no se trata del patrón contra el obrero, sino de mujeres contra los hombres. Al final, se han erigido como los únicos estandartes para luchar contra un supuesto “sistema totalitario” que, por otro lado, están intentando imponer. ¿Alguien lo entiende?
Totalmente de acuerdo. Con educación, muy bien redactado, explicado y argumentado.
Menuda exhibición de desconocimiento, desprecio y machismo. ¿Feminismo tradicional? ¿Conspiración patriarcal? ¿Feminismo desnortado? ¿Ánimo de revancha? Madre mía, cuanto trabajo queda por hacer.
Madre mía que sarta de incoherencias, con términos que ni existen («feminismo be género???) y con un tufo al miedo que tiene todo machirulo a perder su posición de privilegio. Como dice mujer arriba. .. cuánto queda por hacer!!!