@V. R. / Las de este año serán las primeras Festes de la Terra en las que no habrá ningún imputado en el equipo de gobierno de PSOE y Guanyem en el Ayuntamiento de Ibiza. El exconcejal y primer teniente de alcalde Alfonso Molina, investigado por el Caso Eivissa Crea (una presunta trama para que el consistorio contratara de forma irregular a sus empresas de consultoría), se vio obligado a dimitir hace solo tres meses por aumentar de forma «fraudulenta» los costes de unos cursos de formación subvencionados.
Acorralado por un demoledor informe del SOIB sobre la forma de actuar de sus negocios en actividades de formación para personas desempleadas, Molina decidió arrojar la toalla el pasado 2 de mayo. Fue después de que se supiera que sus sociedades se compraron libros de formación entre sí y con un sobrecosto de más del 400 por ciento, y que presentaron, además, “ofertas ficticias para empresas amigas”.
Molina se benefició de un entramado de empresas controladas por la misma persona para dar apariencia de diversidad y libre concurrencia en los concursos, una práctica irregular que utilizó al menos durante tres años, del 2009 al 2011. También se detectaron anomalías en la contratación de profesores, el alquiler de locales y la subcontratación de empresas, todo ello con la finalidad que conseguir un mayor beneficio personal y el agravante de que se trataba de cursos para personas sin empleo.
A pesar de todas las ilegalidades evidenciadas por el informe del SOIB, el alcalde de Ibiza, Rafa Ruiz, decidió defender a ultranza a su concejal y los engaños llevados a cabo por éste y cargó todas las culpas del escándalo sobre el Servei d’Ocupació de les Illes Balears, tanto por el fondo del informe como por la filtración del mismo. Como si le importara más que el documento se hubiera hecho público que el contenido del mismo. Su alegato, sin embargo, no pudo sostener a Molina en el equipo de gobierno, a quien en su propio grupo municipal consideraban como el alcalde en la sobra.
Avalado por Guanyem
El socio del PSOE en el Ayuntamiento de Vila, Guanyem, avaló la presencia del imputado Alfonso Molina en el equipo de Gobierno, contraviniendo a las primeras de cambio su «innegociable» código ético, del que hizo bandera durante la campaña electoral pero del que se olvidó de repente para asegurarse un asiento (cuatro en realidad) en la bancada de los ganadores.
Su arriesgada apuesta se truncó hace poco más de tres meses, cuando estalló el escándalo empresarial del concejal imputado. De todas formas, Molina pudo ejercer su cargo como teniente de alcalde mientras estaba procesado por corrupción durante más de media legislatura gracias al repentino giro en el credo de Guanyem, que dijo que no permitía imputados en su partido pero no vio objeción alguna para gobernar junto a una persona que estaba siendo investigada por presunta corrupción, Alfonso Molina.
Aunque tarde, Guanyem pidió explicaciones al PSOE y al propio Molina tras conocer parte del informe del SOIB. En un primer momento dio por buenas la aclaraciones efectuadas por los socialistas y el propio implicado, pero su postura fue cambiando según se iban conociendo nuevos detalles del caso. De todas formas, su postura fue en todo momento tibia a pesar de la gravedad de los hechos.
En pleno escándalo, Alfonso Molina solo hizo declaraciones a los medios a los que él quiso y vetó a otros, como Nou Diari y al que destapó todos sus chanchullos, Periódico de Ibiza.