@D.P./ El 14 de Diciembre de 1546 nacía en Scania (Dinamarca) el astrónomo y matemático Tycho Brahe. A pesar de haber catalogado más de 1000 estrellas en la «era pre-telescopio» (a puro cálculo matemático, de extrema exactitud) y de haber cedido sus hallazgos a Kepler, discípulo y posterior «desarrollador» de sus teorías, a Brahe se le recuerda por cosas más curiosas. Por citar tres más destacadas: su nariz intercambiable, su alce y, más que nada, por su curiosa muerte.
En su juventud, siendo estudiante, a raíz de un debate acerca de la propiedad de una fórmula matemática, se batió a duelo con otro estudiante, Manderup Parsberg, quien le cortó la nariz de un sablazo. Ésta fue la razón de su «nariz dorada» que a veces podía ser de plata o en la mayoría de las ocasiones de cobre, por su menor peso.
Además de tener en su haber un enano con poderes paranormales, que se ubicaba debajo de su mesa de trabajo, para sus vaticinios, Brahe tuvo un alce domesticado al que no dejaba de alabar por sus capacidades, motivo por el cual siempre aconsejaba a sus allegados a tener uno. Su alce murió al caer embriagado de cerveza por unas escaleras abajo. Al parecer no sólo el alce bebía como un cosaco, el propio Brahe era propenso a las libaciones y por su alta reputación en ambientes reales, participaba en lujosas fiestas con frecuencia.
Fue así como encontró su muerte un día en Praga. Cuentan las escrituras, que el genio astronómico, por no romper el protocolo de «no levantarse de la mesa una vez estén todos ubicados para el banquete» en presencia del monarca de turno, sufrió una explosión de vejiga que le causó la muerte a los once días. Era el 24 de Octubre del año de 1601. Su epitafio escrito por él mismo reza así: «Vivió como un genio, murió como un tonto».
Diego Pikabea, carpintero, artista, pintor de lienzos y de almacenes, uruguayo en Eivissa y amante de la cultura pop. ‘Fuera de órbita’ es su espacio en Nou Diari.