@Noudiari / «El Govern de les Illes Balears permite el vertido de aguas residuales, nocivos para la posidonia oceánica, en al menos 21 puntos del archipiélago donde prohíbe expresamente el fondeo con ancla», así lo ha expresado la Gaceta Náutica en un artículo en el que explica que la institución balear tiene un doble rasero al sancionar a las embarcaciones por usar el ancla en los mismo espacios de pradera sobre la que desembocan aguas sucias, cuyo efecto es devastador para esta planta.
El Govern decidió, a finales de julio, aprobar el decreto de protección de la posidonia oceánica centrado en el fondeo con ancla «ignorando las recomendaciones del Consejo Económico y Social (CES) y del Consejo Consultivo de Baleares. Medio Ambiente logró que el Consell de Govern aplicara la normativa sin reparar en la problemática de los emisarios submarinos (de la que es plenamente consciente y responsable) y sin tener en cuenta la precariedad de la cartografía disponible, que no ofrece datos, por ejemplo, de la presencia de posidonia en toda la franja comprendida entre Sant Elm y Son Verí o en el conjunto de Ibiza».
«La posición sobre los emisarios de las actuales autoridades baleares y los grupos ecologistas que les son políticamente afines es uno de los grandes interrogantes que deja en el aire el debate sobre la protección de la posidonia y que ha llevado a los navegantes a la conclusión de que ésta no es más que el pretexto para criminalizarlos ante la opinión pública y promover la creación de «puertos encubiertos» mediante la instalación de boyas ecológicas y de empresas subcontratadas por la administración para la gestión de estos espacios y el «asesoramiento» al fondeo», redactan desde la Gaceta.
«Esta postura, aparentemente incomprensible de los ecologistas, es si cabe más llamativa en el caso del Govern, que ha participado en publicaciones científicas donde se advierte del peligro medioambiental de los vertidos al mar y, más concretamente, del efecto devastador del exceso de nutrientes no naturales provocados por las depuradoras públicas, así como de los «compuestos químicos» que contienen las aguas residuales», aseguran.
Explican que el la publicación en 2015 del ‘Atlas de las praderas marinas de España de 2015’, en la que colaboraron la Dirección General de Medio Rural y Marino del Govern balear y el Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA), «es un ejemplo de la constancia oficial de la problemática derivada del deficiente saneamiento del agua». «Las praderas marinas han experimentado un deterioro de su estructura o una regresión de sus límites, incluso en aquellos casos en los que los vertidos se producen fuera del área de distribución del hábitat», recoge la citada publicación.
Dicha publicación dedica un capítulo a los vertidos en Baleares. donde explican que: «el mayor problema que representa este impacto en Baleares es que, en su mayoría, los difusores de evacuación están situados a poca profundidad (a menos de 20 metros) y algunos de ellos cercanos a praderas de posidonia oceánica». A día de hoy, los mapas de Sitibsa los sitúan encima de posidonia.