V. R. / Ni con Palop ni sin él. La UD Ibiza es un equipo plano, que no crea ocasiones, que no juega a nada y que afronta los partidos como si no tuviera un plan de juego, perpetuamente abonado a la improvisación. El San Fernando le ha dado una lección de fútbol, le ha ganado por 2 a 0 pero podría haberle metido cuatro o cinco goles más. La apatía del Ibiza pronostica una mala solución en su pelea por evitar el descenso, por no regresar a Tercera División a las primeras de cambio después de haber desembolsado cerca de medio millón de euros para acceder a la categoría de bronce del balompié nacional.
Los locales se adelantaron en el marcador a los nueve minutos de juego por mediación de Pau Franch en una acción mal defendida por el cuadro insular, que tras encajar el gol se fue durante unos minutos a por el empate, aunque su empuje se ha ido diluyendo con el paso de los minutos y la mejor disposición táctica del cuadro gaditano, un equipo de verdad y en el que todos sus jugadores, al contrario que en el Ibiza, saben que papel que deben desempeñar sobre el rectángulo de juego. En el minuto 22, el colegiado anuló por fuera de juego un gol de Javi Serra que podría haber metido a los suyos de nuevo en el encuentro, pero el tanto no subió al marcador y el conjunto de Palop entró en una fase errática.
Antes del descanso, en el minuto 42, Bruno pudo marcar el segundo para los locales, pero el cuero encontró la dureza del larguero en vez de la suavidad de la red. El Ibiza se perdía una y otra vez en el centro campo y no encontraba por ningún lado el camino que debía conducirle al área ajena. Chavero tiene fútbol, toque y visión para hacer este trabajo, pero nadie en la zona ancha parece en condiciones de acompañarle y él solo, lógicamente, no puede cargar con esa mochila si nadie le da relevo, se ofrece y trata de combinar con criterio en vez de centrar en largo y sin precisión ni criterio.
La segunda parte empezó como terminó la primera, con un disparo del San Fernando al larguero, en esta ocasión por mediación de un Carri combativo, preciso y un ejemplo a seguir para los centrocampistas del Ibiza, a los que les cuesta ir a la guerra, meter la pierna y, en definitiva, ganarse el sueldo. El obús al travesaño era el tratado de intenciones del conjunto gaditano de cara a la segunda mitad, en la que pudo golear al Ibiza, que solo se acercaba a la portería visitante con lanzamientos lejanos carentes de peligro o en acciones a balón parado mediante el bombeo.
Después, Pau en el 64 y Manu Ramírez en el 68 pudieron dar la puntilla de forma anticipada a su rival, pero el meta del bloque insular reaccionó con reflejos felinos para evitar el desastre, aunque el destino no fue diferente con el paso de los minutos y el juego falto de ambición de su equipo.
López, en el 81, pudo marcar para el Ibiza en un remate de cabeza en uno de tantos balones en largo enviados por su equipo. Fue tras una falta en la que el grupo insular buscaba a la desesperada un gol que le permitiera sumar al menos un punto. Después tuvo otra el cuadro ibicenco en una contra, pero en la respuesta inmediata del rival llegó la sentencia, firme e inapelable. Manu Rodríguez, con un tiro raso y ajustado a la derecha del meta visitante, colocó el cuero en la red después de que este golpeara en la cepa del palo cuando corría el minuto 83.
2-0 en contra para el Ibiza y para casa con la mochila vacía de puntos, llena de frustración y sin un ápice de confianza con que afrontar el próximo partido, que toma un cariz determinante en vista de la delicada situación del equipo, en zona de descenso y sin argumentos futbolísticos que inviten al optimismo en un club más mediático que eficaz en el terreno de juego y al que este mismo domingo el diario Marca le dedica varias páginas.