@Noudiari / La Pujada a sa Cala de Sant Vicent ha tenido como principal protagonista a un piloto, Andrés Vilariño, que ha hecho de la prueba ibicenca su particular feudo automovilístico. Ha vuelto a reinar en la carretera de Sant Joan a los mandos de su Norma M 20 F, con el que ha marcado el mejor tiempo de la jornada en carrera con un registro de 02:06.974.
Esto le ha reportado la corona de laurel de la trigesimotercera edición de la carrera de coches más popular y con más solera de la Isla de Ibiza, en la que Vilariño ha decidido retirarse, colgar el casco y dejar paso a las nuevas hornadas de pilotos.
No había para él mejor escenario donde poner fin a una dilatada y exitosa trayectoria como piloto que en una competición en la que su nombre ha estado siempre relacionado con la victoria, donde se ha ganado el respeto de pilotos y aficionados y donde se ha sentido siempre como en casa. Quería mejorar en esta última carrera el récord de la Pujada, pero se ha quedado a dos segundos de este hito, que ya no le corresponderá a él pero que, de momento, sigue estando en su poder. Veremos hasta cuándo.
El mejor piloto ibicenco ha sido José Joaquín Fernández, que ha hecho un tiempazo, 02:08.471, a los mandos de un coche que todavía no conoce a la perfección, el Silver Car EF10 con el que ha competido y con el que se ha subido al segundo escalón del podio por delante de otro habitual de esta carrera, el mallorquín Pedro Mayol Planchadel, tercero con una marca de 02:09.986 lograda, al igual que los mejores tiempos de sus rivales por la victoria, en la primera subida de carrera.
La prueba en sí ha vuelto a suponer todo un éxito en cuanto a organización y a la misma han asistido alrededor de unas seis mil personas, según las estimaciones realizadas por los impulsores de la Pujada a sa Cala, en la que este año no ha habido que lamentar accidentes de consideración. Solo dos de carácter leve, con un único vehículo fuera de pista para el que ni siquiera he hecho falta que la grúa parara la competición, ya que ha quedado en un bancal lejos de la carretera y ha sido recuperado al término de la carrera más importante del mundo del motor en Ibiza.
Reportaje fotográfico: Moisés Copa