Carlos Mateos Gil / El italiano Marco Borriello (Nápoles, 1982) puede presumir de haber ganado la Serie A o la Liga de Campeones y avalado por su trayectoria podría ir a jugar a cualquier parte del mundo. Sin embargo su estrecho vínculo con Ibiza le ha traído a España, donde intentará llevar al equipo de la isla al fútbol profesional. EFE entrevistó en exclusiva al delantero, uno de los nombres más mediáticos de Segunda B.
Pregunta: ¿Por qué fichar por la UD Ibiza?
Respuesta: Era como una cosa perfecta del momento. Pensaba dejar de jugar y venir a vivir aquí pero me sentía aún un profesional con ganas de jugar. Conocí al presidente Amadeo Salvo y me convenció para embarcarme en este proyecto. Acepté la propuesta inmediatamente.
¿Tuvo más ofertas?
Sí. De Italia, de China, de Catar… Pero no me emocionaban. Necesitaba algo emocional y yo siempre he hecho deporte en Ibiza. Llevando gente a la pista de atletismo, organizando partidos cuando he venido aquí en vacaciones. Para mí era una unión perfecta. Ahora estamos trabajando por construir algo de importancia para la isla.
¿Le ha sorprendido la repercusión que ha tenido su fichaje en España?
Para ser un equipo de Segunda B ha hecho mucho ruido. Y cuando algo tiene mucho ruido hay también mucha presión. La gente espera mucho de mí como jugador, del equipo. Pero no es tan fácil. Es un equipo nuevo, no conozco la categoría, me estoy adaptando poco a poco a una categoría más física donde se juega mucho individualmente. Ahora estoy encontrando un poco de dificultad pero con entrenamiento y con ayuda de los compañeros y el entrenador me estoy adaptando.
Está acostumbrado a jugar contra futbolistas que cobran tres o cuatro millones de euros y ahora se mide a algunos que no llegan a cobrar mil. ¿Lo nota cuando meten la pierna jugando contra usted?
Puede ser que al haber ganado mucho dinero haya quien piense que en esta categoría no voy a poner la pierna. Pero cuando acepté esta propuesta sabía que iba a pasar. Y cuando yo estoy en el campo la pongo porque si no lo hago, me van a cortar un pie. Me estoy encontrando bien y amo lo que hago, que es la cosa fundamental. Vengo al campo divertido, con ganas de trabajar. Jugaré hasta que no sienta esto y cuando deje de sentirlo, haré otra cosa.
No digo que usted no meta la pierna, hablo más de los contrarios. ¿Siente que el rival cuando usted se encuentra enfrente está más motivado?
Claro. Pero no es un discurso de pierna, es un discurso de atención también. Es normal que los defensas estén más concentrados cuando juegan contra mí, porque tienen más visibilidad.
¿Qué le parecía Palop como jugador y qué le parece ahora que le tiene como entrenador?
La calidad de Palop habla sola. Es un ganador, un líder, un capitán. El presidente también es un hombre de éxito en su campo. Y estamos unidos con profesionales del márketing y de la prensa. Estamos organizando un poco todo, aquí no había nada. No porque hayamos venido yo, Palop y Salvo se va a ganar pronto. Ahora se pone la base. Si ganamos pronto, mejor, pero el proyecto se ve a tres o a cinco años. Hay que tener paciencia.
Palop está empezando como entrenador. ¿Le ve alcanzando el nivel de grandes técnicos con los que ha trabajado?
Claro. La profesionalidad la tiene seguro, sabe cómo se trabaja. Yo le animo y le digo que puede llegar a ser como Ancelotti, como Conte, como Allegri. Pero el camino es largo y él lo sabe.
La decisión de jugar en Ibiza… ¿Responde a su amor por el fútbol y por España?
R: La decisión de venir aquí es por amor a la isla. He vivido aquí durante años en verano y ahora estoy empezando a hacerlo durante todo el año. Mi futuro lo veo aquí. Y ver una isla importante sin deporte de alto nivel es una locura. Con Amadeo Salvo he encontrado la unión en el momento justo. Seguro que vamos a hacer algo importante.
¿Ve capaz de subir al equipo?
El camino es duro pero cada partido vamos a intentar llevarnos los tres puntos. Veremos de aquí a febrero o marzo qué va a pasar.