EFE / El programa de recuperación de tortugas marinas del Consorcio para la Recuperación de la Fauna de las Islas Baleares (COFIB) y Palma Aquarium ha atendido en lo que va de año a 38 varamientos en las islas, 27 de ellas en Mallorca, 7 en Ibiza y Formentera y 4 en Menorca.
Del total, 14 ejemplares han llegado vivos a la costa y han sido trasladados a los centros de recuperación de las diferentes islas donde han recibido atención veterinaria, ha informado la Conselleria de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca en un comunicado.
Los casos más graves se han derivado en Mallorca, para ser atendidos por el equipo técnico de Palma Aquarium. Las pruebas diagnósticas y las cirugías se llevan a cabo en el Hospital Veterinario Aragón.
Esta mañana, un centenar de jóvenes del CEIP Punta de Amer de Sant Llorenç des Cardassar han asistido a la suelta de dos ejemplares recuperados, Kalos y Maria, en la playa de Sa Coma.
Kalos fue encontrada flotando a la deriva a consecuencia de una posible colisión con una embarcación. Llevaba una gran cantidad de organismos acoplados en su cuerpo (epibiontes) cubriendo una importante lesión de caparazón y también el resto del cuerpo.
Flotaba y presentaba múltiples fracturas en la cintura pélvica, aleta posterior derecha y caparazón y sufría una parálisis parcial de las aletas posteriores provocadas por daño medular.
Fue tratada por la veterinaria Ema Renga en las instalaciones de Aragón Hospital Veterinario y sometida a un TAC en el Hospital Veterinario de la Universidad de Valencia. Su recuperación ha sido larga, ya que ha permanecido en el centro de recuperación algo más de un año.
En cuanto a la tortuga llamada Maria, fue hallada por un pescador, atrapada en un embrollo de basura marina, cabos, restos de redes y plásticos enredados en su aleta anterior derecha que le habían provocado una herida. A pesar de sus heridas presentaba buen estado de salud y su recuperación ha sido muy rápida, de poco más de un mes de duración.
En el Mediterráneo hay tres especies de tortugas marinas: la tortuga boba (Caretta caretta), la más abundante de todas, la verde (Chelonia mydas) y la laúd (Dermochelys coriacea).
El mar Balear es una importante área de alimentación para esta especie, en sus largos viajes migratorios. Se estima que el 80 % de los ejemplares de Caretta caretta que pasan por aguas baleares son de origen Atlántico, mientras que el 20 % restante proceden de las áreas de cría situadas en el Mediterráneo Oriental.
Entre las principales amenazas que afronta esta especie destacan la interacción con pesca, la contaminación, el tráfico marítimo y la destrucción de sus áreas de nidificación.
En los últimos años, la principal causa que lleva a las tortugas al centro de recuperación son los plásticos, porque los ingieren confundiéndolos con alimento (medusas) o se convierten en trampas mortales (enmalladas).
La tortuga boba está considerada en estado vulnerable en el Catálogo Balear de Especies Amenazadas y es objeto de un programa de recuperación de fauna que lleva a cabo el Govern.
Desde 2014, el COFIB mantiene un contrato de asistencia técnica con Palma Aquarium, entidad responsable de realizar el registro anual de los varamientos de tortugas marinas en las Baleares, la identificación de las causas y la recuperación de los ejemplares heridos o enfermos que llegan a la costa.