EFE / El Observatorio del Suicidio del Servicio de Salud de las Islas Baleares ha formado a 150 profesionales del ámbito sanitario en su primer año de funcionamiento. En 2017, se registraron 103 suicidios en las Islas, dato que muestra la necesidad de seguir dedicando esfuerzos a la formación y sensibilización de la población, ha defendido la responsable del Observatorio, Nicole Haber, ha informado la Conselleria de Salud en un comunicado. Haber asegura que se trata del «mayor problema de salud pública de Europa», que hasta ahora ha permanecido, en buena parte, «invisible».
En su primer año de funcionamiento, el Observatorio del Suicidio ha llevado a cabo un intenso trabajo de sensibilización y formación entre profesionales de la salud mediante cursos, talleres y jornadas, y ha puesto en marcha el grupo de trabajo que elaborará el Plan de Prevención, Actuación y Manejo de la Conducta Suicida de Baleares.
El Observatorio ha formado en Mallorca a 45 trabajadores del 061; en Menorca ha impartido formación a 40 profesionales de atención primaria, salud mental, urgencias y del 061 y, en Ibiza y Formentera, a otros 50 profesionales de las mismas áreas.
También se ha ofrecido formación a trabajadores sociales de la Dirección General de Menores y Familia de la Conselleria de Servicios Sociales y Cooperación; a profesionales de geriatría del Instituto Mallorquín de Asuntos Sociales que trabajan con personas mayores en residencias; y a los operadores del nuevo servicio de atención telefónica creado para atender a personas del colectivo LGTBI del Servicio de Coordinación y Atención a la Diversidad Sexual y de Género de la Consejería de Presidencia.
Por otra parte, se han hecho talleres para medios de comunicación. Además, la Conselleria de Educación ha empezado a revisar y crear protocolos de actuación en las escuelas y a organizar la formación a profesionales de la educación con el fin de poder ofrecer apoyo psicológico a compañeros de niños y jóvenes que se han suicidado, dar pautas de detección para familiares, alumnado y docentes, y poner en marcha programas formativos para orientadores y programas de apoyo a familiares de niños y jóvenes que hayan realizado tentativas.
En el ámbito de la sensibilización, en 2018 se han llevado a cabo numerosas charlas divulgativas para dar a conocer el problema, romper el silencio y eliminar la carga de estigma y el tabú que suscita el suicidio. En 2019, el Observatorio del Suicidio continuará con la formación y está previsto llegar a más de 400 profesionales de las Islas.
El Grupo de Trabajo para la elaboración del Plan de Prevención, Actuación y Manejo de la Conducta Suicida de las Islas Baleares ha mantenido tres sesiones de trabajo para impulsar y aplicar medidas efectivas, consensuadas y coordinadas para combatir el suicidio.
El plan prevé la creación de protocolos de actuación para optimizar la atención a las personas que tengan o hayan tenido intenciones autolíticas y a sus familiares; la coordinación entre todos los servicios (primaria, 061, urgencias hospitalarias, hospitalización…) y la creación de equipos especializados para atender a estos pacientes.
Se creará una guía que agrupe todos los recursos que las diversas administraciones ponen al alcance de la población.
El suicidio es la principal causa externa de muerte en España; la la primera causa de muerte entre hombres de 15 a 29 años y la segunda, después de los tumores, en mujeres de este mismo rango de edad. En 2017 se suicidaron 71 hombres y 32 mujeres en Baleares, donde la tasa está en 8,9 suicidios para cada 100.000 habitantes, mientras que la estatal es de 7,9. En 2016, en las Islas Baleares se registraron 92 suicidios y la tasa fue del 8,12.
Recientemente se ha creado la Asociación Amigos y Familiares Supervivientes por Suicidio de las Islas Baleares (AFASIB), con cuya participación se contará para elaborar el plan de prevención.
No entiendo, que para saber el número de suicidios en las pitiusas, haya que buscar la información, en otro medio. Pero así es, con lo que esta noticia, queda falta de información, que nos afecta a los pitiusos. Es ese otro medio, informan de lo siguiente:
“En 2016, el último año del que el Observatorio del Suicidio del Servicio de Salud del Govern Balear muestra datos por islas, se suicidaron 17 personas en Ibiza y Formentera, más del doble de muertes que en accidentes de tráfico, por ejemplo, en los que fallecieron ocho. Este dato sitúa la tasa de suicidios de las Pitiusas en 9,1 por 100.000 habitantes, por encima de la media balear».
Y también:
“El Observatorio registró 103 suicidios en 2017 en Balears, lo que supone un suicidio cada cuatro días en el archipiélago”.
En cuanto a las razones del suicidio, se aprecia una notable contradicción, en el hecho de que, la Conselleria de Educación ha empezado a revisar y crear protocolos de actuación en las escuelas, y al mismo tiempo, esa misma Consellería, esté educando a los niños, en el fomento de la competitividad, creando talleres, donde los niños crean empresas, y se fomenta el liderazgo, y por tanto la subordinación a un líder. Es decir, que tanto unos como otros, se enfrentarán a una enorme frustración en la etapa más delicada de sus vidas, la que antecede a la fase adulta. En los EE.UU, que educa también así a los niños, se han llegado a registrar suicidios infantiles, en las que el suicida a manifestado, que «había fracasado en la vida».
Me parece que relacionar el suicidio con el fomento empresarial o competitividad no es acertado. En educación tambien fomentan la igualdad, hacen talleres de prevención de acoso, igualdad,…Competitividad hay en todos lados. Creo que se trata de detectar personas propensas al suicidio e intervenir. Y no hechar la culpa al sistema.
Se ha determinado, sin ninguna duda, que las situaciones estresantes de la vida, (de nuestra forma de vida), es un notable factor de riesgo, proclive a derivar en enfermedad mental. Lamentablemente, tan sólo teniendo en cuenta la riqueza económica alcanzada, el Estado español, pretende, o eso me parece a mí, seguir el modelo norteamericano, fomentando desde la infancia, la competencia mercantilista. Más tarde o más temprano, ello puede llevar al individuo, a enfrentarse a un nivel de estrés, que devenga en suicidio. Entre otras complicaciones que, en ocasiones, se asocian a la enfermedad mental, se encuentran, los problemas relacionados con la escuela. A menudo, no se comprende, desde ésta, que el niño es una esponja, que puede acudir a las clases, con una carga extra, motivada por la situación en la que viven sus padres, por ejemplo. No está bien, que a los niños, se les pueda poner en situación de incrementar su nivel de estrés. Particularmente, pienso que no se educará bien, mientras la atención, no sea individualizada, y que en cada centro, haya no uno, sino todos los psicólogos necesarios para estudiar, la naturaleza y características de cada uno de los niños; lo considero imprescindible para una buena educación. Cualquier factor, en los niños, es susceptible de incrementar su angustia. Desde el terrible bullying, o el más novedoso sexting, del que los maestros, justamente, suelen ser los últimos en enterarse. La escuela, puede ser un lugar muy estresante para un niño, máxime si es sensible, lo cual, es una cualidad, y no un defecto. El defecto está en que se fomenta el egoísmo, y el ego en general, desde bien pronto en la vida.
El suicidio, como escape extremo de una situación vital angustiosa, tengo entendido, que es producto de la confluencia de múltiples factores, reflejo no sólo de la idiosincrasia e historia de cada individuo, sino también de factores sociológicos propios del contexto en el que éste desarrolla su vida. Por tanto, no debería obviarse el papel que la presión de los demás ejerce en la persona.
Los suicidios de niños en España, siguen aumentando.
La detección temprana de que el niño tiene un problema, debería darse desde la escuela, lugar en el que pasa un buen número de horas al día, donde debería haber personas preparadas para atender esta cuestión. El fomento de una sana competencia, a través del deporte u otros juegos, está bien, siempre y cuando esté supervisado debidamente, a fin de detectar, si un niño es excluido, o es poco participativo. Pero, no veo, en el fomento de la competencia mediante la creación y comercialización de un producto, y la creación de empresas, parte de lo que un niño, debe asimilar. A mi juicio, este tipo de actividad, no hace sino ensalzar defectos, como el egoísmo, los celos, la envidia. ¿Acaso, los equipos tienen un entrenador? Porque en el deporte, los niños están tutelados por esta figura, que impide que eso se produzca. Pero si pones a varios equipos de niños a «trabajar», y esperas los resultados, los educadores, no saben lo que está pasando dentro de cada uno de los equipos. No piensan, que el equipo que se quede a las puertas del «éxito», es posible, que le echen la culpa del «fracaso», a uno de sus miembros, por ejemplo, o que los que han terminado últimos, no asimilen el concepto de «fracasado». Los niños, pueden ser muy crueles, y la empresa, es cosa de adultos. Reproduciendo actuaciones propias de adultos, que son terriblemente estresantes, no hacen sino trasladar la posibilidad de que esas conductas se repitan en los niños. No lo veo educativo, la verdad.
Fuentes consultadas:
https://www.mayoclinic.org/es-es/diseases-conditions/mental-illness/symptoms-causes/syc-20374968
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S1130527416300573