@Noudiari / La UD Ibiza pisa fuerte. Era el día de Reyes y la plantilla quería envolver una victoria en papel de regalo como presente para sus aficionados, en especial para los más pequeños.
Dicho y hecho. 2 a 1 ante uno de los mejores equipos que la categoría, el Melilla, un rival que sin un juego elaborado ni mucho decoro en la circulación del cuero se ha mostrado en Can Misses como un puñal en ataque.
Desde el inicio el Ibiza quiso y tuvo el balón. Lo movió de un lado a otro sin que el Melilla lograra conectar de forma fluida con la pelota, que parecía que le quemaba en los pies. No lo necesitaba para llegar con peligro al área contraria.
Su juego directo y preciso era suficiente como para sembrar el desconcierto en la zaga local, que, con dificultades, siempre lograba salir airosa de sus envites con los puntas del Melilla.
Verdú tras un córner estuvo a punto de marcar de cabeza para el Ibiza a las primeras de cambio, pero el meta reaccionó con una intervención felina para desviar por la línea de fondo por encima del larguero. Pudo marcar de nuevo el conjunto local en los últimos instantes del primer tiempo, cuando estrelló el balón en el palo.
Después, al filo del descanso, Armenteros, de falta, a punto estuvo de sorprender al meta visitante, que, de nuevo, estuvo certero bajo palos. Con esa acción prácticamente moría la primera mitad.
La segunda empezó de forma eléctrica, con el Ibiza con la meta contraria en mente. Así las cosas, no tardó el cuadro que entrena Palop en avanzarse en el marcador con el primer tanto como unionista de Emiliano Armenteros, que en el minuto 49 daba alas a los suyos.
Poco duró la alegría en las filas locales, puesto que casi a renglón seguido el Melilla lograba el empate por mediación de Sofian Chakla, también en una acción a balón parado. El Ibiza no daba, ni de lejos, el empate por bueno y siguó jugando para ganar.
Su apuesta tuvo premio cuando Rodado porque Rodado culminó con acierto una contra de su equipo en el minuto 74. El Melilla reaccionó y se fue a por el empate.
Pero el Ibiza y su portero, soberbio, le cerraron las puertas del gol a otro equipo de la zona alta, segundo en la tabla, que pincha ante un grupo que sigue generando ilusión a base de resultados y un juego cada vez más convincente.