@Vicent Torres / El telar de los sueños, una estafa piramidal que centra sus esfuerzos en engañar única y exclusivamente a mujeres, ha llegado a Ibiza. Este es el nombre con el que atrapó a Cris, una de las muchas afectadas que hay en las Pitiüses y la primera que ha querido alzar la voz para que las víctimas de este entramado delictivo sean las menos posibles.
Cuando El telar de los sueños (uno de los muchos nombres que recibe en el mundo) llegó hasta su círculo cercano, Cris, que está criando a una niña de dos años, tenía unos pequeños ahorros para comprarse un coche. Una conocida le habló de «una especie de negocio» que funciona «bien y rápido». Al principio le sonó raro, pero la confianza de una cara amiga y el sueño de comprarse el vehículo pudieron más que la razón.
«Me dijo que para entrar en el Mandala [así se llaman las diferentes pirámides] debía pagar 1.200 euros. Conocí a las chicas, entre las que estaban su hija y otras mujeres a las que conocía… He conocido a muchas que están dentro», asegura Cris, a la que todavía le cuesta expresar de manera diáfana cómo acabó metida en una trampa tan evidente. «Ver a gente conocida te da confianza», reconoce.
El Mandala está compuesto por 15 personas distribuidas en diferentes ‘capas’ hasta llegar al agua, situada en la cúspide y la que se queda finalmente con el dinero. A las interesadas las llaman «chispitas». Además del agua, para completarse se necesitan ocho mujeres «fuego», cuatro «viento» y dos «tierra».
El funcionamiento del Telar de los sueños es utilizar las expectativas económicas, que de otra manera serían inalcanzables o tardarían mucho más en materializarse, junto personas que van desde las que tienen ganas de hacer nuevas amistades hasta las que están pasando por una depresión. La vergüenza de que se conozca su historia y las ganas de recuperar el dinero invertido hacen que el barco de la mentira se mantenga a flote.
Semántica y celo ante las dudas
Para ello utilizan una semántica muy estudiada y un celo extremo a que los miedos de alguna de las integrantes del Mandala puedan contagiar a las demás. Les limitan el lenguaje y en las charlas están prohibidas preguntas sobre cuánto puede tardar en completarse el Mandala y no se habla de dinero, si no de regalo. La rueda no parará, se trata de una pregunta absurda ya que «la humanidad sigue procreando». No hay jerarquía entre los diferentes elementos, existe la «igualdad».
«Te dicen que vas a quemar tus miedos, pero lo que haces realmente es prender fuego a 1.200 euros. Atrae a un tipo de mujeres que les gusta este tipo de comunicación. Te hablan de chakras, de confianza, de trabajar tu seguridad… Pero si no encuentras a dos nuevas víctimas, que es tu primer cometido, te dicen que es culpa tuya. ¿Sabes lo peligroso que puede ser para gente que tiene una depresión y la autoestima por los suelos. Es una comedura de olla tremenda», analiza Cris, que explica que las del nivel «tierra» son las que se encargan de resolver las dudas. Eso sí, siempre en privado, nunca delante del resto.
Para comunicarse tienen un grupo de WhatsApp, pero las tres reuniones semanales de una hora se llevan a cabo a través de la aplicación Zoom mediante videoconferencia. La mecánica es la de taladrar la mente de las engañadas para que cada vez se crean más la mentira, siempre apoyada en terminología mística que ayuda a poner más bruma entre sus ojos y la estafa.
Un premio de 9.600 euros
«El agua recibe el dinero y no tiene que hacer nada. Te dicen que después del largo trayecto de aprendizaje es el momento descansar. La paciencia hace que te llegue el regalo, que se traduce en 9.600 euros. Pueden dejar el ‘juego’ o quedarse como hermana guardiana, que se supone que cuida del Mandala para que no se pare y que sigan entrando más mujeres. Es lo que te cuentan y lo que te da confianza. Si te lo quieres creer todas las piezas encajan. Hasta que te das cuenta de que es imposible, que el crecimiento es exponencial. Lo que hacen es seguir montando mandalas para ganar más dinero. Algunas no tienen ningún escrúpulo otras terminan completamente convencidas de que no es una estafa, si no una ayuda para ellas y sus personas cercanas», apunta.
Cris pasó casi tres meses dentro del telar y ha tenido la fortuna de que su agua se arrepintió al darse cuenta del embolado y le está devolviendo el dinero poco a poco. La otra opción que tenía era captar a una nueva víctima: «¿Cómo voy a meter a alguien de mi confianza si pienso que no funciona?».
Ya ha hablado con la Policía y ahora busca reunir más historias y toda la información para que la denuncia sea lo más sólida posible. «Hay muchas mujeres con ganas de que salga a la luz y me animan, aunque ellas no se atrevan a contar sus historias. Quiero darle un ejemplo a mi hija y que vea qué hay que hacer cuando estás delante de una injusticia», concluye.
Gracias a las mujeres valientes como esta que se animan a hacer públicas las injusticias incluso cuando estas se pueden cometer con la mejor voluntad del mundo. Estas organizaciones «místicas» que mezclan lo new age con un discurso de baratillo no son «sororidad», es muy poco ético aprovechar el filón de feminismo para consolidar sistemas que sólo buscan ganar dinero fácil a costa de dejar a muchas mujeres en la estacada. Hermanas, tenemos que unirnos para denunciar este tipo de cosas y que ninguna otra mujer caiga en la trampa.
hola buenas, me he metido en el telar de los sueños, al darme cuenta de la estafa he pedido que me devuelvan mi dinero de 1270 euros y no me lo quieren devolver.
he recibido manipulaciones psicologicas varias.
QUIERO DENUNCIAR, COMO LO PUEDO HACER?