Nahuel L. A. / El concejal de Interior del Ayuntamiento de Sant Josep, Serafín Grivé, ha asegurado esta mañana que el 90% de los senegaleses que se dedican de forma ilegal a la venta ambulante en el municipio también venden marihuana a sus clientes, según constató el pasado verano la Policía Local.
«No se trata de la mitad», ha alertado Grivé, «sino de un porcentaje muy elevado». En este sentido, ha indicado que es normal que estos vendedores busquen rendimiento en otra clase de productos ilegales para poder subsistir. «Con la venta de unas gafas pueden obtener un beneficio de dos euros y con el menudeo, en cambio, quién sabe hasta cuánto», ha admitido el edil, que asegura que algunos «venden también pastillas alucinógenas».
Pero la venta ilegal no es práctica exclusiva de los africanos. La Policía Local ha detectado una nueva forma de actuar entre los clásicos vendedores de fruta de las playas: una nueva picaresca. «Ahora no te ofrecen la fruta en sí, sino que viene licuada en vasos de plástico como ‘bebida refrescante’ y se vende por cinco euros», ha denunciado Grivé, que avisa de que estos líquidos «no cuentan con un mínimo de garantías de higiene». «De esta forma sólo les podemos incautar los vasos y no la fruta», lamenta. A pesar de ello, destaca que sólo el año pasado la Policía Local se hizo con más de dos toneladas de productos procedentes de la venta ambulante.
La importancia de la Policía Local en Platja d’en Bossa
El aumento de la prostitución en Platja d’en Bossa es otro de los aspectos que preocupan al consistorio que, para luchar contra esta actividad, ha reforzado la plantilla de la Policía Local con cuatro efectivos. Por otra parte, otra de las acciones que ha llevado a cabo es retirar las vacaciones a sus agentes durante los meses de julio y agosto y reforzar la seguridad en Platja d’en Bossa. «Queremos combatir con todos los medios a la prostitución nigeriana que suelen realizar robos con violencia a sus clientes».
Finalmente, el edil de Interior ha hecho hincapié en la importancia de que las personas estén en alerta en lo que ha calificado como «zonas calientes». Así, ha señalado que Cala d’Hort es una de ellas, porque la gente deja en sus vehículos aparcados durante mucho tiempo con objetos de valor (móviles, carteras) y esta circunstancia es aprovechada por los ladrones para romper los cristales de los vehículos y sustraer los objetos descuidados en el interior.