Por Juan Antonio Torres Planells
Coincidiendo con la inauguración en la ciudad de Eivissa y en Sant Josep de sa Talaia de una exposición sobre la historia de la Radio en Ibiza, a la vez que la celebración del día Mundial de la Radio, el 13 de febrero, y a los pocos meses del fallecimiento de un gran hombre de la radio en Ibiza y amigo, como fue Juan Tur Riera, sirva este artículo para recuerdo de todo ello y para recordar la magia de la radio en nuestra infancia y juventud antes de que aparecieran los televisores, que inundaron de imágenes nuestras vidas y modificaron nuestras ensoñaciones radiofónicas imaginando personajes, caras, lugares y acciones.
Según el historiador Antonio Viñarás, comisario de la exposición sobre la radio en Ibiza, que se puede ver estos días en Sa Nostra Sala, las primeras pruebas de radiotelegrafía se hicieron en Ibiza en 1902. El año 1926, concretamente el 28 de noviembre de aquel año, el aficionado a la radio y trabajador del Ejército en Ibiza, Vicente Belenguer Martínez, construyó una radio que se pudo escuchar en el Casino de Ibiza; pero la primera radio particular que se trajo desde fuera de la isla fue, el verano de 1928, la del doctor catalán Bordás, amigo del médico Juan Riera Pujol ‘Pujolet’, que solía venir a veranear a nuestra isla y se reunían en un chalet que tenían los ‘Pujolet’ en ses Figueres.
Pocos años después, el 1931, el recaudador en Ibiza de la Diputación Provincial, Antonio Pineda, instaló una potente radio en su casa, con la que recibía las estaciones de radio del Mediterráneo. Pocos meses después, el 8 de julio de 1931, Mariano Escandell y Joan Cardona, propietarios del bar Pou del Puerto de Ibiza, instalaron un aparato de radio en su bar donde recibían noticias de toda Europa. Después ciudadanos preocupados por la seguridad de los demás emitirían, en 1936, con radios semi clandestinas o para dar socorros en caso de necesidad, sin olvidarnos que el Ejército usó la radio desde el primer momento de forma autónoma como parte de su estructura de comunicaciones militares. Entre guerras y miserias, los ibicencos nos apañábamos como podíamos, pero no fue impedimento para que en algunas casas ibicencas, durante la década de 1940, instalaran radios en sus casas para poder escuchar programas de divulgación, noticias y música.
Por este motivo, el técnico de radio de la estación de Radio Barcelona, Jorge Grunwald, se anunció, el año 1942, en el Diario de Ibiza ofreciendo sus servicios técnicos para reparar radios o construir alguna de corriente alterna, continua, universal o a pilas, siendo el lugar de contacto la Librería de Casa Verdera de la calle Montgrí. Dos años después, Augusto Ferrer Serra se convertiría en el representante en Ibiza, por primera vez, de radios de la marca Telefunken que vendía en su local de la avenida de Ignasi Wallis, número 2. Los precios de aquellos aparatos de radio eran prohibitivos para la mayoría de ibicencos, 1.557 y 2.075 pesetas, según el modelo, teniendo en cuenta que, en aquel tiempo, el sueldo medio de un trabajador podría ser de unas cinco pesetas al día. El 1949, Rafael Marí abrió un establecimiento de electricidad en la calle Aníbal 6 de la ciudad de Eivissa, donde vendía aparatos de radio Philips al contado o a plazos, primera vez que se estableció este sistema de pago en Ibiza para el pago de electrodomésticos, fórmula que, años después, creó una nueva dinámica comercial que facilitó un mayor bienestar en las casas. Por ello, las letras de cambio comenzaron a formar parte de nuestra documentación casera.
Rememorando mi infancia, en la década de 1950 pocas radios había en las casas de la ciudad, y donde había una se tenía como un lujo y al servicio también de los vecinos, pues el vecindario de aquella época eran como familiares, como ya he resaltado en alguna otra ocasión. En mi escalera de la plaza del Parque solo había un piso con radio, el de la peluquería Alicia, madre de mi amiga Mari Carmen García Campos. En un salita de aquella peluquería solíamos reunirnos los cuatro o cinco niños vecinos más cercanos que había en el barrio para escuchar los Cuentos Tambor, que se emitían en Radio Barcelona casi todos los días a las 12:30, cuentos que patrocinaba la popular Casa de las Mantas de la ciudad de Barcelona. La magia de las voces y de los efectos especiales sonoros que escuchábamos en aquella radio de madera color miel, colocada encima de una cómoda, avivaron nuestra imaginación y nuestra creatividad, cualidades que podrían ser extensibles a todos los niños de la generación de la radio.
A principios de la década de 1960, aparte de las tiendas de electrodomésticos, algunos aficionados a la electrónica aprendieron a construir radios a distancia por medio de los cursos CEAC. Tal fue el caso de Juan Ramis, uno de los empleados de la fábrica de lencería Can Llambíes, que las construía mediante este curso con las piezas que le mandaban por correo. Precisamente, nuestra primera radio fue fabricada por él. El hecho que mi hermana trabajara también en Can Llambíes, debió facilitar la compra a plazos de aquel aparato.
Los que no tenían radio, aprovechaban para escucharla yendo de visita a la casa de algún familiar, vecinos o amistades que tuvieran. Normalmente, eran las mujeres amas de casa las que aprovechaban aquellas visitas, pues servía para que las mujeres se hiciesen compañía, dieran un repaso al normal cotilleo y se entretuvieran con algún programa de radio de su interés, mientras cosían o tomaban un cafetito.
Algunas veces, pasando por las calles de sa Riba o sa Penya, se podía escuchar flamenco o canción española que salía de los altavoces de una radio de la casa de algún pescador o marinero. Otras veces, por la noche, algún hombre escuchaba muy flojita la Radio España Independiente, más conocida como “Pirenaica”, la de los comunistas exiliados pero aún combativos contra el régimen del general Franco, radio que era detectada por los empleados del gobierno y que tenían la orden de interferir sus emisiones con silbidos para que no se pudiera escuchar con nitidez las noticias y proclamas que llevaban a cabo los ‘rojos’, especialmente Dolores Ibárruri “Pasionaria” o Santiago Carrillo, exiliados a Rusia y desde donde emitía esta radio.
Sea lo que sea, las radios que se podían escuchar en aquella época eran las que emitían desde lugares de costa cercanas a la isla, como Radio Mallorca, Radio Barcelona y Radio Valencia, pero también había una radio extranjera especialmente escuchada, Radio Andorra, la que los niños al escuchar “Aquí, Radio Andorra” respondíamos “Capital Cotorra”. Pero las radios extranjeras de habla no castellana no se podían escuchar bien y además casi nadie hablaba extranjero para entender lo que decían.
De aquella radio de la década de 1950 recuerdo una publicidad que a los niños nos hacía especialmente feliz, la canción del Cola Cao: “Yo soy aquel negrito / del África Tropical / que cultivando cantaba / la canción del cola cao (…) Lo toma el futbolista / para entrar goles. / También lo toman / los buenos nadadores. / Si lo toma el ciclista / se hace el amo de la pista. / Y si es el boxeador (bum, bum), / boxea que es un primor”.
Siguiendo con la historia de nuestra radio, el primero de septiembre de 1959 fue especialmente memorable pues se inauguró la primera radio local que emitiera programas durante algunas horas al día, Radio Ibiza, dependiente del obispado de nuestra isla y que, años después, se convertiría en Radio Popular de Ibiza-COPE. El Diario de Ibiza había dado la noticia que habría una radio que emitiría desde nuestra isla. Aquel día habíamos ido a pasarlo a la playa de Talamanca. En la caseta de la playa donde estábamos habían colocado en uno de los puntales que sujetaba el techo de cañas un altavoz hecho con tablero. A las siete de la tarde escuchamos la voz en directo de nuestro obispo, Antonio Cardona Riera, bendiciendo Radio Ibiza.
Aquella radio había sido instalada en el segundo piso de la torre de la iglesia de Santa Cruz, y se había dado la concesión de su explotación al empresario de electricidad Antonio Ribas (tenía su tienda en los bajos del paseo de Vara de Rey número 7); hacía de asesor religioso el canónigo Juan Marí Cardona, cargo obligado ya que la radio era propiedad de la Iglesia Católica. Las oficinas comerciales de aquella primera radio comercial ibicenca estuvieron, primero, en los locales de la gestoría de Baldomero Botella, en la calle de Riambau 2 y, después, en el primer piso del Paseo de Vara de Rey número 5. Los primeros locutores fueron Emilia Ramírez Marí y Vicente Torres Riera ‘Fontet’. Vicente Valero colaboraba haciendo programas de realización propia, y los primeros técnicos fueron Amado Ballester Arazo y Agudo Clará, hijo, que tenían que ir de un sitio al otro de la isla para conseguir que la gente pudiera escuchar la radio, instalando antenas aquí y allá. La plantilla de colaboradores de esta primera radio comercial quedó ampliada con Cosme Vidal Juan, que realizaba los programas de deportes y Miguel Roig Planells, funcionario de Correos, participando en las tertulias.
De aquellas primeras emisiones, se hicieron célebres los discos dedicados que, por una módica tarifa, podías dedicar la canción que más te gustaba a las personas que querías, sobre todo con motivo del día del santo o del cumpleaños, sin desaprovechar los motivos de amor de las canciones que dedicaban los jóvenes a sus novias. No podemos olvidar los concursos, que tuvieron notable éxito. Para los niños, fue entretenido el concurso ‘Periquito Caramelo’, que patrocinaba la pastelería de Cas Corpet .
Con el tiempo, Radio Popular de Ibiza fue el lugar de encuentro y aprendizaje de numerosas personas que aportaron sus aficiones e inquietudes hacia los demás y donde también encontraron un nuevo trabajo. De entre ellos destacaré a Margarita Guasch Cañas, Nieves Ferrer Barbany, María Jesús Vide de Dios y Mari Carmen Fernández López como locutoras; Jaime Ripoll Marí como jefe de programas, al principio, y como director después; Juan Tur Riera como controlador y, con el tiempo, también director de Radio Popular de Ibiza, además de fundador de Ràdio Èxit, Ibiza Global Radio o la Televisión de Ibiza y Formentera; Tucho Tur se dedicó a los comentarios de deporte, y Carlos Tur Torres en los informativos.
El día 21 de octubre de 1974, me inicié, de forma altruista, en las ondas de Radio Popular de Ibiza para realizar un programa de música clásica en diferido, programa que titulé “Encuentros con la música” y con el que conseguí numerosos seguidores las tardes de emisión, que eran de lunes a sábado, programa que duró varios meses. El 7 de marzo de 1981, regresé a esta misma radio para iniciar otra tanda de programas de música clásica en diferido, que se emitían los domingos por la mañana, programa que titulé “Momento musical”. Estos programas radiofónicos los alternaba con mis colaboraciones gratuitas en el Diario de Ibiza con el mismo propósito de promover la música clásica entre los ibicencos, siendo programas pioneros en nuestra radio antes de la llegada a Ibiza de las emisiones de Radio Clásica de RNE, promovidas por Nito Verdera, corresponsal en Ibiza y Formentera de esa radio nacional, en colaboración con Manuel Guasch.
A finales de la década de los años 1970, hubo la incorporación de una nueva generación de profesionales de la radio con empuje y que comenzaron a hacer programas musicales, magazines e informativos más modernos e innovadores: Anselmo Martínez, Maria Luisa Gómez, Maribel Torres (Música para los amigos y Es Nostro Camp), Rafa Riera, Lurdes Costa, José Manuel Piña, Misse García, Concha García Campoy, Joan Serra, Antonio Pedro, Pep Costa, Guillermo Tuells o José Guasch Cañas, entre otros, sin olvidarnos de la contable de la empresa durante muchos años, Maria Costa Bonet, que además colaboraba también en algunos de los nuevos programas musicales. A partir de 1982, aparecieron nuevas radios en Ibiza y Formentera, como Radio Ibiza Ser; Radio Diario; Ràdio Illa de Formentera, emisora no comercial y realizada por jóvenes; Radio Onda Cero; Antena3 Radio; Última Hora Radio; Ràdio Èxit; IB3 Ràdio; Ibiza Global Radio, o Ràdio Uc, emisora también no comercial. Todas ellas conformaron nuestras historias de la radio.