@V. R. / Era domingo y hacía sol. Un día perfecto de febrero. Ideal para jugar en la playa con su hermana pequeña, de cuatro años, y una cometa. Hasta que sintió un pinchazo en el pie. Acababa de pisar una aguja hipodérmica. Con tan solo ocho años, la niña reaccionó con madurez. Recogió la jeringuilla y se la llevó a su madre, que estaba a pocos metros de ella, para mostrarle lo que le había provocado la herida y la sangre que emanaba de su extremidad.
Ocurrió en la playa de Talamanca, en el municipio de Ibiza, el pasado día 24. Ni cerca de la pasarela de madera que conecta un extremo de la costa con el otro, ni tampoco de la orilla. En el medio, comenta su madre, que mientras atendía el relato de su pequeña sintió como un escalofrío recorría su cuerpo. La diversión se acabó de repente.
En el Centro de Salud de Vila tranquilizaron a la familia. La aguja parecía vieja y el riesgo de infección, por lo tanto, era mínimo. Transcurridas 48 horas de su uso, la posibilidad de contagio decrece de manera considerable. De todas formas, la pequeña tuvo que realizarse un análisis de sangre, el primero de los dos que, como marca el protocolo, tendrá que hacer en un periodo de dos meses.
Tras la primera prueba, todos los indicadores han salido bien. Falta la segunda, pero nada parece señalar que el resultado vaya a cambiar.
Sin embargo, lo que no calmó en absoluto a esta familia, residente en el municipio de Vila, es lo que le dijeron en la consulta: su hija era la quinta persona que acudía al centro por este mismo motivo en solo dos semanas.
La madre ha comentado que en la zona donde ocurrió esta desagradable experiencia había multitud de tapones de cerveza por el suelo: «Los recogí para tirarlos cuando nos fuéramos, pero pasó esto y se me olvidó la bolsa donde los había depositado», reconoce.
Nou Diari ha contactado con el Área de Salud de Eivissa y Formentera (ASEF), que está recabando información sobre el número de veces en las que ha sucedido un caso similar durante los últimos meses.
Diferentes usuarios de la playa de Talamanca, entre ellos los padres esta menor, han denunciado, a través de diferentes canales, el mal estado de este enclave y la falta de limpieza.
Lamentan que el Ayuntamiento de Ibiza solo se preocupe de las zonas de baño del municipio durante la temporada estival y que se despreocupe «por completo» durante el resto del año, «que es cuando vamos la gente de aquí, que somos los que pagamos los impuestos».
Vuelven los ’80.