@V. R. / La UD Ibiza no carbura. Ni antes con Palop ni ahora con Alfaro. El problema, por tanto, no parece tener su origen en el banquillo. Irremisiblemente, ha llegado el momento de poner el foco en la plantilla, en los futbolistas, en su actitud y su forma de afrontar los partidos.
Ninguno se salva de la quema tras lo ocurrido en Marbella, donde han caído derrotados por 3 a 1 y han dicho prácticamente adiós a toda opción de jugar el play-off de ascenso. No hay excusas, porque en el mercado de invierno han llegado refuerzos de contrastada valía, con experiencia en categorías superiores a la Segunda B.
Y son ellos, junto a los que ya estaban, quienes deben sacar las castañas del fuego. Pero ninguno parece dispuesto a quemarse. Más que la derrota en sí, duele la manera en la que se ha producido. El Ibiza ha sido un equipo plano, frágil en defensa, falto de creatividad en la zona ancha y sin presencia en ataque.
De esta manera es muy complicado ganar un partido, siquiera plantar cara y dar la talla. Porque se puede perder o empatar sin generar la más mínima crítica, siempre y cuando el esfuerzo tenga reflejo en el campo, que no es el caso, ya que al cuadro insular le ha faltado una marcha, mucha ambición y una importante ración de compromiso.
El partido se ha perdido en la primera parte, en la que el Marbella ha roto por la mitad al Ibiza por su banda izquierda. Paulo Vitor, muy activo, ha llevado de cabeza a la defensa desde el principio. Suyo ha sido el pase del 1 a 0, que Juanma ha rematado con sobrada facilidad a la media vuelta en los morros de los centrales del Ibiza, ausentes.
El segundo tanto del equipo malagueño ha llegado a cinco minutos del final del primer tiempo y ha llevado la firma del mismo jugador, aunque la ejecución ha sido muy diferente. De nuevo entre los centrales, Juanma ha rematado de testa sin necesidad siquiera de saltar. Con los pies clavados en el suelo, ha puesto el cuero abajo a la izquierda del meta.
Pablo Alfaro ha hecho un doble cambio en el descanso para tratar de recuperar el terreno perdido en el primer acto, pero ni los que estaban ni los que han entrado han sido capaces de aportar absolutamente nada al juego del equipo, incomprensiblemente abatido con muchos minutos por delante y sin atisbo alguno de reacción en su forma de actuar.
Las tímidas apariciones del Ibiza por el área rival no han tenido efecto alguno sobre el marcador y, con el paso de los minutos, el Marbella ha vuelto a hacerse con el cuero y el dominio absoluto del encuentro.
En el minuto 71, Álvaro Montero, que acababa de sustituir al bigoleador Juanma, ha cerrado definitivamente el partido con la consecución del tercer gol de su equipo, un remate a placer tras un centro desde la derecha ante el que, de nuevo, nada ha podido hacer el meta y en el que mucho han dejado de hacer los defensas, que, como el resto de sus compañeros, han estado horribles.
En el descuento, Rodado, tras un córner y de rebote, ha marcado el tanto del honor de su conjunto, que no ha servido para nada que para maquillar un doloroso traspiés que le aleja de forma casi definitiva del objetivo de alcanzar la zona de play-off del Grupo IV de Segunda B.
En esta derrota del Ibiza, el dedo acusador apunta directamente a los jugadores, los grandes responsables del desastroso partido que han realizado, pero también al entrenador, Pablo Alfaro, que a pesar de que acaba de llegar, en dos partidos no ha sabido conseguir el punto de agresividad necesario para competir que necesita cualquier equipo para poder luchar por una victoria.
Grima y Núñez llevan pidiendo grada varios partidos…