David Ortega Ribas
Candidato al Senado por Ibiza y Formentera con Ciudadanos
Como dice la canción ‘Que mos donin’, de Projecte Mut: “Mig món mos coneix, s’altre mig vol venir”. Esta fama que precede a la mayor de las Pitiusas no termina de agradar. ¿Cuántas veces hemos escuchado o hemos acabado diciendo: “Ibiza es algo más que discotecas y playas”? Para bien o para mal, la ‘marca Ibiza’ tiene presencia mundial. Pero pocos saben que es Patrimonio de la Humanidad.
Nuestra sociedad demanda que se luche para que Ibiza recupere su “esencia». Considera que los visitantes deben incluir en su itinerario algo más que discotecas. Un sector importante de la población tomaría medidas drásticas al respecto, pero no podemos olvidar que la música es la industria que más ha contribuido a la fama de la ‘marca Ibiza’ desde los 60. Atrae cada verano a productores y DJ’s cuyo trabajo supone un impacto económico importante. Por eso, las medidas para recuperar la “esencia» no pasan por exterminar su vida nocturna.
Es importante trabajar para lograr un turismo de calidad y sostenible. Para nosotros, la sostenibilidad supone preocuparse y ocuparse de que el impacto del turismo sobre el medio ambiente y la cultura local sea el mínimo posible, al tiempo que contribuye a generar ingresos y empleo para los residentes. Trabajar por un turismo más familiar y tranquilo que pueda visitarnos durante todo el año, evitando una masificación en verano. No debemos obviar los riesgos que llevamos años padeciendo, como las dificultades en el acceso a la vivienda y la preocupante situación de las reservas de nuestros acuíferos por haber sido explotados sin control. O el estado de las praderas de posidonia, pulmón del Mediterráneo, que se encuentra en peligro a consecuencia del turismo náutico y de la contaminación causada por un mal tratamiento de las aguas residuales.
Por todo ello, urge un nuevo modelo turístico. Es imprescindible dar a conocer actividades alternativas (siempre con carácter ibicenco) a la vida nocturna y a las playas y/o calas. Aunque suene a tópico, Ibiza es mucho más que sol y fiesta. Y todo ello pasa por un modelo consensuado entre partidos que, dejando atrás los colores, tenga la mente puesta en la sostenibilidad insular.
Un objetivo a lograr es despertar la curiosidad de visitantes por conocer la auténtica Ibiza: perderse por el recinto amurallado de Dalt Vila, visitar el Museo de Arte Contemporáneo o el Arqueológico, conocer nuestra Catedral o nuestras blancas iglesias (que representan la arquitectura ibicenca), sorprenderse con el yacimiento fenicio en Sa Caleta, o enamorarse de icónicos islotes como es Vedrà y es Vedranell.
La biodiversidad natural también es un atractivo que ofrecer a nuestros visitantes. Es importante preservar y cuidar nuestros caminos, ya que son el principal nexo con el mundo rural y permite el desarrollo del sector terciario (que es vital a pesar de que vivamos fundamentalmente del turismo) mediante actividades como excursiones a pie, en bicicleta o a caballo. En todo ello puede tener un especial protagonismo el Pla de Corona, lleno de caminos ideales para ciclistas y senderistas, que pueden allí admirar un paisaje lleno de almendros, con pozos y casas pagesas cercadas por muros de piedra. Por su parte, en las zonas costeras se pueden promover actividades como submarinismo, kayak o paddle surf.
Pero además de conocer los atractivos de la isla, nuestros visitantes deben conocer también la esencia ibicenca. Es necesario dar visibilidad al ball pagès, que forma parte del folklore y la cultura ibicenca. Que queden cautivados con sus trajes típicos y la emprendada de oro que lucen las mujeres. Que se deleiten con nuestra gastronomía. No pueden marcharse sin probar el bullit de peix, el sofrit pagès, la ensalada de crostes, o postres como el flaó, la greixonera o el tortell. Y para acabar, una copita de hierbas o un café caleta. Y deben saber que hablamos ibicenco. Por eso, además del castellano, verán señalizaciones y carteles en nuestra lengua propia, que es muestra de la riqueza cultural de la isla. Esta es la esencia que debemos recuperar y que los visitantes de nuestra hermosa isla deben poder conocer y aprender a amar.