La patología de la hernia de hiato es muy común pero, ¿sabemos cuándo hay que recurrir a la cirugía para solucionarla?
La hernia de hiato es un defecto anatómico que se da cuando la parte superior del estómago pasa de estar en el abdomen a ubicarse en el tórax. Esto provoca que los ácidos, en lugar de bajar a la cavidad abdominal como deberían de hacer, suben por el esófago (no diseñado para soportar ácidos) generando una serie de molestias y en ocasiones complicaciones como: sensación de ardor, reflujo, regurgitación de alimentos, asma, tos, molestias en el abdomen, mal aliento, etc.
Entre el 15% y el 20% de la población padece hernia de hiato. Es posible que algunos nunca lleguen a saberlo porque no sufren síntomas, otros sí lo saben pero los soportan bien atenuándolos con medicación. Y otros, deben recurrir a la cirugía para mejorar su calidad de vida y evitar afecciones más graves.
La medicación lo que hace es que el estómago fabrique menos ácido, controlando los síntomas, pero no el defecto en la anatomía. Solo a través de una intervención quirúrgica se puede devolver al estómago a su lugar adecuado.
La decisión de intervenir una hernia de hiato está asociada al grado de la misma y a su afectación a la calidad de vida del paciente. Está recomendada en los siguientes casos:
- Para aquellos pacientes que son jóvenes y que se vuelven muy dependientes de la medicación diaria.
- Pacientes que rechazan la medicación.
- Pacientes que, incluso medicándose, no toleran ciertos alimentos, o no pueden dormir bien.