EFE / La Fiscalía ha mantenido este miércoles la petición de una condena de 16 años para un acusado de retener en su domicilio, agredir, violar y robar a su pareja, mientras la defensa ha pedido la absolución, en un juicio en el que el hombre ha negado las acusaciones y la mujer ha admitido que las exageró.
El acusado, que tenía una orden de alejamiento en vigor hacia su pareja, ha admitido ante el tribunal de la Audiencia de Palma que los días que presuntamente ocurrieron los hechos que se han juzgado, en octubre de 2017, estuvo viviendo con su mujer, pero ha negado que la retuviera, ni la agrediera sexualmente en ningún momento.
Ha negado haberla amenazado, golpeado o insultado como ella denunció, si bien ha admitido que antes de que le impusieran una orden de alejamiento tenían peleas.
Sobre la supuesta agresión sexual y amenazas de muerte ocurridas en un agroturismo, días después de que un juez le prohibiera aproximarse ni comunicarse con ella, el hombre ha negado haber ido con ella a ese alojamiento turístico. El acusado también ha negado haberle robado un teléfono y ha asegurado que el móvil era suyo.
La mujer ha relatado en una declaración entrecortada y confusa que tenían problemas y discutían mucho, pero ha indicado que las agresiones eran mutuas y que si volvieron a convivir tras la orden de alejamiento fue para intentar «arreglar las cosas».
De todos los hechos que denunció, la mujer ha admitido en el juicio que exageró, aunque sí que la insultó y golpeó, si bien ha precisado que ella a él también. Ha detallado que la hizo tomar tranquilizantes para que se calmara y se durmiera, y ha explicado que esa noche ambos consumieron heroína, cocaína y marihuana.
Sobre el hecho de que pidiera ayuda a gritos a los dueños del agroturismo, diciendo que su pareja la quería matar, la mujer ha explicado que acudió para quedarse un rato con ellos hasta que él se calmara. «Me escapé porque no quería discutir más con él porque cuando empezamos a discutir es una bomba», ha asegurado.
Ha dicho que puso la denuncia porque «estaba asustada», pero ha asegurado ante el tribunal que no considera «justo» que su marido fuera condenado a una pena elevada de prisión. «Porque nos queríamos, y amor y droga y cosas, a veces pasan cosas que no son correctas», ha dicho.
Los dueños del agroturismo han contado que la mujer llegó corriendo al día siguiente de hospedarse allí, golpeando la puerta y gritando que la quería matar, por lo que abrieron la puerta exterior para que pudiera salir el presunto agresor, al que no llegaron a ver, y avisaron a la policía.
El fiscal lo acusa de seis delitos: quebrantamiento de medida cautelar, detención ilegal, agresión sexual, malos tratos familiares, coacciones y hurto, por los que ha pedido una condena de 16 años de prisión. La acusación particular, pide una pena algo superior por la agresión sexual, hasta unos 17 años.
El fiscal considera que tres de los delitos se han probado en el juicio, ya que ambos han admitido el quebrantamiento de la medida cautelar, y los malos tratos y lesiones están avalados por el testimonio de ella y el parte médico forense así como por los testigos que vieron que la mujer tenía un hematoma en la cara.
Los otros tres delitos, las acusaciones los mantienen en base a la denuncia inicial de la mujer en la policía y en la instrucción del caso.
Si bien la mujer no los ha corroborado en el juicio, el fiscal ha pedido al tribunal que tenga en cuenta circunstancias como que ha dicho estar enamorada de él y que ha admitido miedo y que acudió tapada con una capucha a denunciar para que él no la viera.
La acusadora particular, la abogada Purificación Domínguez, ha destacado la situación de riesgo extremo de la mujer, por vulnerabilidad personal y social.
El abogado defensor, Carlos Portalo, ha solicitado la absolución al considerar que no se han acreditado los hechos y que la principal prueba de las acusaciones que es la declaración de la víctima es contradictoria.
Ha insistido en que la denuncia inicial no tiene nada que ver con lo que la mujer ha contado hoy en el juicio, que ha negado que estuviera retenida en contra de su voluntad, ya que podía salir y entrar al domicilio, ni que las relaciones sexuales fueran forzadas.
El letrado ha cuestionado que el supuesto agresor del agroturismo fuera su defendido, a quien nadie vio, ha insistido en las manifestaciones erráticas de la presunta víctima y ha señalado que no se puede condenar a 17 años de prisión cuando no se puede conocer la realidad de lo ocurrido en una relación «tortuosa» y marcada por el consumo de estupefacientes.