EFE / La magia, el color, la arquitectura y el espíritu lúdico de la isla pitiusa inspiran las colecciones Crucero 2020 que este jueves han presentado los diseñadores españoles Juanjo Oliva, Roberto Diz, Alvarno, Andres Sardá, The 2nd Skin Co, y el holandés David Laport en la Fashion Week Ibiza.
Esta tercera edición se ha celebrado en un hotel donde la gran piscina se ha transformado en una divertida pasarela inaugurada por la firma de lencería y baño Andres Sarda, bajo la dirección creativa de Nuria Sarda.
Para la ocasión, esta firma convertida en un referente de la lencería y el baño desde los años 70, abrió la colección de inspiración marinera con una capa albornoz en blanco y azul marino, prenda que dio paso a una serie de bañadores y biquinis en croché, diseños frescos que precedieron a una serie dorada con detalles de lentejuelas, ideados para bailar a la caída del sol.
El negro se impuso en las prendas más sofisticadas de baño con atractivas siluetas muy trabajadas, la mayoría aderezadas con flecos, plumas o lentejuelas.
La pieza más llamativa fue un biquini con copa triangular con bandas de tricot decorada con cristales Swarovski, un conjunto de edición limitada que se puede adquirir por 650 euros.
En el carrusel final, los nuevos diseños se intercalaron con piezas icónicas de la firma en las que priman el diseño, la calidad y una dulce sensualidad.
A continuación, Juan Carlos Fernández y Antonio Burillo, las dos mitades de la firma The 2nd Skin Co presentaron una colección en la que da esquinazo al blanco ibicenco y han apostado por bloques de color. «Nos apetecía huir de los tonos suaves y empolvados que solemos utilizar», dijo a EFE Burillo, quien considera que eran más «oportunos» para este escenario.
La paleta cromática, liderada por el verde, amarillo, fucsia y malva, juega con flores y rayas para alumbrar hermosas prendas que van desde vestidos de gran volumen hasta pantalones entallados, pasando pos siluetas sueltas u otras ceñidas y cortas que llevan el ADN de la firma, esa identidad romántica de la marca que se ve en las alfombras rojas.
El armario que propone Roberto Diz es totalmente festivo y lúdico, una colección que podría lucir Paris Hilton, asidua a esta isla. «Son prendas hedonistas, para el disfrute de la vida», dice este sevillano que da una vuelta de tuerca a su trabajo y cambia los diseños para eventos y bodas por otros más ponibles y frescos.
«Estoy en un momento de transición, me apetece cambiar», dice Diz, quien reconoce que no va a hacer ropa para la calle, pero «sí un producto más fácil y confortable de llevar».
Y con esa idea, sube a la pasarela, por una parte, vestidos de lentejuelas con tejidos velados que ofrecen un efecto mojado muy sexy y por otra, modelos con escote por debajo del pecho, «la primera vez que hago algo tan atrevido», afirma entre risas este diseñador que siempre ha sabido nadar entre aguas clásicas y modernas.
Diz que conoce muy bien la costura y las entretelas de la sastrería también mostró vestidos clásicos, tipo años 50, confeccionados con tules tecnológicos, lentejuelas irisadas y detalles en tonos flúor, «notas que hacen hincapié en la alegría de vivir en Ibiza«.
David Laport, invitado internacional de este pasarela, presentó una serie de prendas en las que trabaja los tejidos como si estuviera haciendo papiroflexia.
Con ganas de arriesgar, Juan Oliva, estudia la arquitectura de la isla y crea una colección en la que el blanco y el negro llevan la voz cantante, entre las que sobresalen caftanes, «piezas que apenas llevan costuras y que resultan ideales para refrescar el armario», explicó el diseñador.
Oliva, siempre sensible al medio ambiente, apeló a la responsabilidad con piezas sostenibles de lino natural sin teñir, prendas que combina con sandalias o botas de agua, «porque en Ibiza te puedes encontrar de todo».
La firma Alvarno, formada por Arnaud Maillard y Álvaro Castejón, que ahora prefieren marcar su propio ritmo de trabajo «sin calendarios impuestos», subieron a la pasarela una serie de vestidos aderezados con cristales, algunos recordaban a las famosas bolas de las discotecas setenteras.
A modo de homenaje, estos diseñadores que trabajaron junto a Karl Lagerfeld, han presentado una camisa con el famoso cuello y la lazada del «kaiser» de la moda.
Como es habitual en su trabajo, el trabajo preciosista y de detalle también brilló sobre un vestido-joya tan barroco como minimalista.
«Nuestro ‘brilli brilli’ en esta ocasión camina sobre deportivas», argumenta Maillard, quien considera que la moda crucero debe ser «cómoda y práctica».