EFE / Un grupo de investigadores evaluará la competencia nutricional entre machos y hembras de cachalote en las Islas Baleares, analizando muestras de su piel y grasa para detectar si la estructura social de la especie se debe a ese factor, una información que puede ayudar a la conservación de la especie.
El estudio, que ha comenzado esta semana en aguas de Baleares, está englobado en las campañas del proyecto de localización y seguimiento de cachalotes en las Islas («Balearic Sperm Whale Project») que desarrollan la Asociación Tursiops y la Universidad de Saint Andrews, ha informado la entidad balear en un comunicado.
Los cachalotes se segregan por sexos, de manera que por un lado hay machos solitarios por una parte, y por otra grupos sociales con hembras, crías y subadultos.
Para evaluar la competencia nutricional entre machos y hembras de cachalote en Baleares, los investigadores prevén obtener hasta 30 muestras remotas de piel y grasa de distintos cetáceos, para realizar posteriormente un análisis genético y de isótopos estables, con los que discernir, si la evolución de la estructura social de la especie se debe a una competencia entre sexos en la obtención de alimento y uso del hábitat.
El proyecto «Bestfood» («Viven machos y hembras de cachalote por separado porque las hembras compiten con los machos por el mejor alimento?», titulado en original en inglés «Do male and female sperm whales live separate lives because females outcompete males for the best food?»), lo encabeza el científico Enrico Pirotta de la Universidad Estatal de Washington y que cuenta con el apoyo de la National Geographic Society.
La investigación se llevará a cabo durante 6 meses: 3 para la obtención de muestras y otros 3 para su análisis y la presentación de resultados. Las Islas Baleares son un enclave perfecto para el desarrollo de dicho estudio ya que la población de cachalotes que las frecuenta se haya monitorizada desde el año 2003 y pueden obtenerse mapas de distribución por sexos.
La Asociación Tursiops, que elabora ese censo, ha recordado que además existe una mortalidad en el área, debida a las colisiones de individuos con buques, por lo que conocer dónde y por qué se ubican los grupos sociales, permitirá una gestión más adecuada de la especie para su supervivencia en el mar Balear.
Explican que «el cachalote, por sus características ecológicas es un elemento clave en los sistemas profundos, y su monitorización, puede servir como centinela de desequilibrios ecosistémicos». Por ambas razones, Tursiops considera que «el desarrollo del proyecto Bestfood, resulta clave para la conservación de la especie en las Islas Baleares y el Mediterráneo Occidental».