EFE / La reconversión y la remodelación de la planta hotelera en España es el elemento clave de algunos de sus destinos turísticos más populares como Salou, Ibiza o Mallorca, que afrontan un descenso en la llegada de turistas extranjeros y la amenaza de una pérdida de competitividad frente a otros mercados, señalan los expertos.
El representante de Alianza para la Excelencia Turística (Exceltur) señaló también que esos establecimientos son «muy dispares en categoría», al tiempo que subrayó que además de una inversión en los hoteles se necesita «una reconversión» de los destinos.
En 2018, España registró una inversión hotelera de 4.865 millones de euros, un 55 % más que el año anterior, lo que representa un 32 % sobre el total de la inversión inmobiliaria no residencial, señala un estudio de Deloitte.
Por su parte, la vicepresidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca (FEHM), María José Aguiló, informó de que desde 2013 hasta hoy se han remodelado 742 hoteles con una inversión de más de 1.800 millones de euros en la isla de Mallorca, donde destacó la renovación impulsada por la cadena Meliá.
Aguiló ha asegurado que en Mallorca se han hecho reformas integrales en distintos establecimientos y en todas las categorías. El 62 % de los hoteles asociados a FEHM son de 4 y 5 estrellas.
Subrayó también que además de la renovación en la planta hotelera se necesita un cambio en la «identidad» y la «configuración» del establecimiento. Como ejemplo puso el Innside Calviá Beach, en Magaluf, una zona que según Aguiló necesita «transformarse».
«En Mallorca tenemos una planta bastante amplia y damos cobertura a todo tipo de necesidades y de bolsillos, aunque lógicamente estamos intentando erradicar toda esa parte del turismo incívico, que está acotado solo a algunas zonas», ha señalado.
El vicepresidente de Exceltur ha indicado por su parte que aproximadamente el 60 % de la demanda turística en España es la de sol y playa y que las grandes fábricas del turismo español son muchos de estos destinos vacacionales que en algunos casos tienen que renovarse y necesitan cambiar el perfil de turista.
«Esto no va de récord de visitas. Llegados al punto de crecimiento en el que estamos, lo importante es cómo generamos la mayor cantidad de ingresos y cómo generamos mejor empleo», ha afirmado Zoreda.
Asimismo ha considerado que la desaceleración en la llegada de turistas extranjeros tiene que ver con la vuelta al crecimiento de la demanda de destinos como Túnez, Egipto o Turquía.
«Si seguimos manteniéndonos en el turismo ‘comodity’, lo que se vende por precio, estamos perdidos. Es una cuestión de cuánto tiempo podríamos aguantar mientras nos van comiendo la merienda otros países que seguirán siendo más baratos», ha opinado.
Zoreda ha citado el caso de la Playa d’en Bossa en Ibiza, donde el grupo hotelero de Abel Matutes cambió el concepto con su hotel Ushuaïa y ha conseguido que el turista relativice el precio, algo que pretende también el presidente de Ibiza Luxury Destination, José Luis Benítez, que agrupa bajo este sello a 48 empresas.
«En la isla se ha hecho una fuerte inversión en la planta hotelera. Los hoteles de toda la vida han aumentado su nivel y han reducido sus camas y contratado más personal con el objetivo de atraer un turista de mayor poder adquisitivo», ha dicho Benítez.
Asegura, sin embargo, que para realizar una remodelación y renovación de los destinos es necesario el apoyo de las administraciones públicas, que en algunos casos «tratan de imponer más que de consensuar».
En este sentido, el presidente de la Asociación Hotelera Salou -Cambrils- La Pineda, Xavier Roig, ha hecho hincapié en la importancia de que se tomen acciones coordinadas porque a veces «cada ayuntamiento va por libre» y de lo que se trata es de mejorar la calidad del destino y de los hoteles.
Salou, Cambrils y la Pineda, destinos que representan el 85 % de alojamiento hotelero de la Costa Dorada, cuentan con un presupuesto anual de 900.000 euros para la renovación, aunque, según Roig, la clave está en invertir ese dinero en la «especialización», de forma que cada destino ofrezca un elemento «diferencial».
En 2018, España recibió 82,6 millones de turistas y 38,2 millones hasta junio de este año.