Y vino el misterio:
luciérnagas que abrían de rojo pálido el océano
el ululo del viento y el de los búhos.
Y tras la colina
el chirrido del columpio entre grillos.
Solo en la noche
Solo con el búho
Así hallé el columpio de mi niñez.
No lejos del columpio
entre orquídeas y palmeras
trozos de mi cuna y aromas tropicales
me recordaron de dónde venía.
Era, esta vez, la magia de la vida.
Por Jaume Torres