Me encuentro en una incómoda situación que me obliga a escribir una carta abierta a todos los ciudadanos de Formentera, para defenderme no tanto como empresario sino más bien como persona y ciudadano honesto y defender su propia dignidad, la de su familia y la de sus colaboradores.
La CGT de Ibiza y Formentera y sus representantes me están acusando de algo que ni siquiera se han preocupado en verificar, sólo con la palabras de un ex trabajador, que voluntariamente abandonó su puesto de trabajo.
A día de hoy la única reclamación que me ha llegado de este trabajador fue una reclamación de cantidad ante el TAMIB de nada más y nada menos que 1.500,00 € por siete días de trabajo, cantidad absolutamente abusiva y que denota las intenciones de este trabajador.
En acto de conciliación celebrado ante el TAMIB de Ibiza el trabajador, finalmente aceptó la cantidad exacta, ni más ni menos, que por convenio colectivo le tocaba cobrar por esos siete días y que fue la misma que se ofreció al trabajador en todo momento y que éste no quiso recibir.
El trabajador contó con el asesoramiento del representante de la CGT quien en ningún momento ni cuestionó la exacta cantidad por los días trabajados ofrecida legalmente por la empresa ni cuál era el convenio regulador por el que se regía.
Pese a todo esto, la campaña difamatoria urdida desde un sindicato cuya representatividad en Ibiza y Formentera es casi testimonial y lo único que pretende es publicidad a mi costa, no ha parado desde entonces.
Quiero aclarar unos cuantos puntos sobre las distintas acusaciones que me han hecho:
1) Quiero poner la atención en el hecho de que la persona que contraté para trabajar se presentó a mi como Ignacio, nunca y en ningún momento ha sufrido ni actos de homofobia ni discriminación por motivos sexuales en su puesto de trabajo. Nadie en mi empresa sabía que el trabajador tuviera un género diferente al que se presentó y aunque hubiera sido así ni su orientación ni su condición sexual hubieran sido ningún impedimento para su contratación, ni para mí ni para el resto de sus compañeros de trabajo.
El trabajador facilitó su documentación para hacer su alta ante la Seguridad Social y el contrato a uno de mis trabajadores, quien a su vez la transfirió directamente a la gestoría, justificando la presencia de un nombre femenino en su documentación en el hecho de que él provenía de una familia con pocos recursos de Sudamérica y su padre, no muy letrado, se equivocó en registrar su nombre. Ni yo ni ninguno de sus compañeros dio la más mínima importancia a dicho dato y el trabajador empezó a su desempeño profesional con toda normalidad.
2) En relación a la supuesta agresión, el trabajador al día siguiente de haberse despedido del trabajo, apareció por el local para recoger su nómina y firmar los papeles, pero se negó a cobrar por cheque o por transferencia bancaria porque decía que tenía que irse de la isla, y pretendía cobrar en efectivo. Al ver que yo le denegaba el cobro en efectivo, se enfadó tanto que cogió un piedra del tamaño de una pelota de fútbol, amenazándome con ella delante de los clientes, de mis empleados y de toda mi familia (estaban allí mi mujer y mis hijos de 4 y 6 años). Ni yo ni ni nadie de los presentes agredió al trabajador sino que se le conminó a que arrojara al suelo la piedra y se marchara del lugar. Llamé a la Guardia Civil, que se personó en mi local y me aconsejó denunciar y yo ingenuamente rechacé hacerlo.
3) Se me ha acusado falsamente y denunciado por la CGT ante la inspección de trabajo y sanidad de tener trabajadores no dados de alta correctamente y bajo un convenio colectivo incorrecto. Tras tres inspecciones, dos de trabajo y una de sanidad, el resultado es que no existe irregularidad de clase alguna, ninguna infracción he cometido y ninguna sanción se me ha impuesto.
4) Para seguir con las falsas acusaciones del sindicato CGT, se me acusa de tener un piso patera en el que albergo a mis trabajadores. Manifestar que el trabajador vivía en un piso de 80 metros cuadrados totalmente equipado, de dos habitaciones, ocupando él una habitación y compartiendo el piso solamente con otro trabajador. Obviamente tengo un contrato de alquiler legalmente válido firmado con la propiedad para albergar trabajadores.
5) Que he iniciado los trámites previos para interposición de una querella por injurias y calumnias contra el sindicato CGT de Ibiza y Formentera y su representante con el fin de limpiar mi buen nombre y el de mi empresa y reclamar por los daños y perjuicios que me están ocasionando por las constantes declaraciones difamatorias de este sindicato y de su representante.
6) Para acabar, manifestar que soy un hombre honesto y respetuoso con la ley y la gente, tengo familia y no quiero ir por la calle y tener que avergonzarme por la mirada de la gente. Jamás he tenido problema alguno con la condición sexual de ninguno de mis trabajadores, es más ni siquiera me importa. Lo único que me ha importado en un trabajador es su profesionalidad y calidad humana para crear un buen ambiente de trabajo como el que siempre ha existido en mi local.
Por Ivano Cimmati, propietario del restaurante La Casa de la Pizza en Sant Ferran (Formentera).
Bueno, según qué tipo de gente de según qué sindicatos creen a cualquiera con tal de difamar al colectivo de empresarios, de los cuáles hay peores y mejores, legales e ilegales, pero lo de esta gente me parece clínico.
Si tengo la oportunidad me acercaría a Formentera a comer a ese restaurante y mostrar apoyo a este empresario, por lo menos otorgar el beneficio de la duda ante una campaña de acoso y derribo a un empresario.