@Aina Balaguer/ Después de dos días de conferencias, exhibiciones y demostraciones varias por parte de todo el elenco musical electrónico internacional, por fin el jueves por la noche tenía lugar uno de los eventos más esperados del programa del Ibiza International Music Summit. El IMS Legends Special se desarrolló en el Baluart de Santa Lucía para celebrar el IMS Award de este año, concedido a Fatboy Slim la noche anterior en el Downtown Cipriani. Un cartel de primera, con el premiado en la cabecera, empezaba a eso de las 17.30h en un lugar tan privilegiado como es Dalt Vila, patrimonio mundial de la UNESCO. El acceso a dicha fiesta estaba limitado pues era gratuito pero sólo para invitados.
Música para ver caer el sol
Tom Staar y Kaz James, sucesivamente, fueron los encargados de ir haciendo entrar en calor y situación a los invitados del evento, si es que no lo estaban ya. Durante las casi tres horas de sesión fue llegando gente de forma progresiva al Baluart y se fue mimetizando con el resto de torsos desnudos y bañadores que rompían la harmonía en tan bello lugar.
Con el tema “Show me all your love”, Kaz James cedió los platos al colectivo Da Banda Live. La gente empezó a aclamar a los de Angola que empezaron muy fuerte dando la bienvenida con su kuduro angoleño. Un conjunto de cuatro bailarines y una bailarina subieron al escenario perfectamente conjuntados con un estilo muy ochentero traduciendo en movimiento la música. La performance llamó bruscamente la atención de todos y cada uno de los allí reunidos, que se acercaron al escenario al igual que los fotógrafos y cámaras, como moscas a un cadáver.
Terminada la danza entró en cabina Hot Since 82 confundiendo a la mayoría, ya que según el programa era el turno a Idris Elba, dj componente del conjunto anterior. La excitación descendió, pues la transición de una actuación a otra fue muy brusca. Durante ese breve bajón colectivo, un grupo de niños y niñas familiares de los organizadores del evento subió al escenario para saludar mientras la gente remontaba rítmicamente y el sol se resistía a ponerse, como si no quisiera compartir el evento con la luna, ya presente desde hacía horas.
Idris Elba medió en el conflicto persuadiendo al astro rey para abandonarnos lentamente. Las gafas de sol fueron desapareciendo para dar paso a los cortes musicales de Elba, haciendo recordar la gran importancia que tiene el silencio en la música y que tantas veces se olvida. El buen sonido acompañado por la imagen de aviones despegando, esqueletos y luces cegadoras de los audiovisuales evidenciaban que aquello era como un trance chamánico que acababa de empezar para ir subiendo con ganas hasta el más allá. Fue sublime cuando, en este contexto, se escuchó remezclado el mítico Otherside de los Red Hot Chili Peppers a la vez que entraba de pleno la noche.
La llegada del Mesías eléctrico
Justo a las 22 horas y apareció el galardonado por el IMS de 2011, Pete Tong. Rápidamente y vestido de negro hizo que sonara “Jack” de Breach, lo que provocó a los asistentes un grito de emoción. Con un inicio tan potente como se requería y era de esperar de un dj de su talla, las almas de los cadáveres danzaron en vertical como si quisieron atravesar la gran nube de humo que los cubría, tratando de aferrarse a los rayos verdes que disparaban los focos del escenario. Todo ardía como indicaba el eslogan de uno de los patrocinadores en la pantalla. Burn, burn, burn, un imperativo que obligaba a los espectadores a arder en ese infierno musical que nos brindó Tong, como no podía ser de otra forma. Las cuadrículas de colores que se proyectaban iban en perfecta consonancia con el 4/4 para el que el artista demandaba a los fans apoyo con las palmas.
Prácticamente sin darnos cuenta, un avión sobrevoló Dalt Vila por debajo de la casi, casi luna llena de mayo y a las 23,02 apareció el ya legendario Fatboy Slim, como un Cristo para salvar las almas de todos de aquel delicioso infierno y elevarlas a su paraíso personal. Con una careta y frente a una proyección de su propia imagen en directo, utilizó su música para hacerle una petición al público: If you feel the music… put your hands up!! Y todos se lo daban como si fuera lo último que fuesen a hacer para ganarse el pase al mismísimo cielo. Right here, right now… sonaba potente la música complementada con los gestos del Supremo. Levantaba sus brazos en cruz y los mantenía como en una placentera crucifixión mientras el resto, como bravos romanos a sus pies, abrazaban aquella doctrina o secta, llámenlo como quieran.
Con su remezclado “Rocket” de Alter Ego nos lanzó al paraíso y de allí ya no se pudo escapar. Finalmente, y acabando en seco con un enloquecido “Rolling in the deep” abandonó, el altísimo, a sus discípulos que se quedaron en su cielo pensando que sí, lo habían conseguido, pero sin él no tenía sentido.
El viernes por la noche, en el mismo lugar, está programado para todos aquellos que compren la entrada, el IMS Grand Finale Festival con la actuación especial de Maya Jane Coles, Adam Zasada, Scuba, Solomum y Sven Väth como cabeza de cartel. Puede que aquellos que el jueves tuvieron que escuchar el espectáculo bajo la muralla puedan disfrutar de una gran noche como la vivida aunque bajo mi criterio, si me lo permiten, el listón está muy alto. Decidan ustedes.