EFE/ La carestía de la vivienda y de la vida en general, unido al descenso de la renta per cápita en las islas son algunos de los motivos por los que uno de cada tres ciudadanos de Baleares, la tercera parte de la población, asegura que en 2018 llegó a fin de mes con dificultad o mucha dificultad, según recoge la memoria del Consell Económic i Social de les Illes Balears (CES), que ha sido presentada este jueves en el Parlament balear.
Este dato responde a la «dimensión subjetiva» de la pobreza, es decir, personas que más allá de sus ingresos, declaran que tienen problemas para afrontar sus gastos al terminar cada mes.
En concreto, el 32,8 % de la población balear se situó en esta situación frente al 27,1 % del conjunto de los ciudadanos españoles que también vivieron esta situación de «pobreza subjetiva».
Respecto al indicador AROPE de la Estrategia Europa 2020, en el año 2018 el 23,4 % de la población de las islas -el 26,1 % en España- cumplían con los tres criterios de este indicador: están en riesgo de pobreza, en situación de privación material severa y viven en lugares con una «baja intensidad» de trabajo.
El minucioso informe del CES realizado por 40 profesionales concluye que la economía balear creció el año pasado un 2,7 por ciento, en continuación del crecimiento mantenido a lo largo del trienio 2015-2017, con tasas reales de aumento de entre un 3 y un 4 %.
Renta per cápita, en caída
La renta per cápita de Baleares respecto al resto de comunidades autónomas continúa en su proceso de caída de las últimas dos décadas: si en el año 2000 era la segunda, en 2018 se situó en el puesto número siete, justo por delante de la media estatal.
En 2018, la renta per cápita de Baleares fue de 26.764 euros, la séptima posición de las comunidades autónomas y un 3,5 % más que los 25.854 euros de la media española.
La primera comunidad fue Madrid con 34.916 euros y la última Extremadura con 18.174, según recoge la memoria del Consell Económic i Social de les Illes Balears (CES).
Este informe afirma que la evolución de la renta per cápita de las Baleares respecto al resto de territorios en el periodo 2000-2018 ha sido «la más regresiva» de todos, al pasar de la segunda posición a la séptima.
Algunos estudios prevén, recoge la memoria del CES, que en 2019 Baleares podría situarse «por primera vez» por debajo de la media española.
Geográficamente, Valldemossa con 6.668 euros más que la media balear, Esporles (+ 5.047 euros), Deià (+ 4.744 euros) y Andratx (+2.689 euros) fueron en 2018 los municipios con la renta per cápita más alta de las Islas Baleares.
El primer municipio no mallorquín en este ránking es Ibiza, en el puesto 18 de todas las islas, y Palma y Mahón se situaron ligeramente por encima de la media. Formentera presenta el valor más bajo del archipiélago, con unos 4.000 euros por debajo de la media.
El municipio con la renta más baja de Mallorca fue Escorca, mientras que Ciutadella lo fue en Menorca y Sant Josep de Labritja, en Ibiza.
El minucioso informe del CES realizado por 40 profesionales concluye que la economía balear creció el año pasado un 2,7 por ciento, en continuación del crecimiento mantenido a lo largo del trienio 2015-2017, con tasas reales de aumento de entre un 3 y un 4 %.
El presidente del CES, Carles Manera, ha señalado durante esta presentación que estos datos muestran «claramente» que el «crecimiento crematístico» de la economía balear no supone una distribución de la renta y la riqueza «todo lo correcta que debería ser», algo que sucede en muchos países europeos.
El 2018 fue un buen año en cuanto al dinamismo empresarial con un crecimiento de las mismas del 3,8 % respecto al año anterior (3.500 más), hasta situarse el «universo empresarial» balear en 96.638.
Por sectores, los más dinámicos en la creación empresarial fue la construcción con una subida del 6,7 % y la industria con un 6,5 %, mientras que los Servicios experimentó un aumento más moderado, del 3,1 %.
Otro de los datos relevantes de la memoria se refiere al esfuerzo para acceder a una nueva vivienda según datos del periodo 2016-2017: En las islas se necesitan 21,1 años de trabajo para comprar una casa y 12,5 si es de segunda mano. Se trata de un esfuerzo «muy superior» a la media española de 17,1 años para vivienda nueva y de 8,6 para la vieja.
Por otra parte, en 2017, el último con datos disponibles, la demanda de energía creció en Baleares un 5,6 % impulsada por la coyuntura económica.
En 2017 la dependencia de los combustibles fósiles fue «absoluta»: el 59 % del consumo total correspondió a productos petrolíferos, el 11,7 % a gas natural y el 22 % al carbón, frente a un «prácticamente irrelevante» uso del 4 % de renovables.
Ese año, las emisiones en Baleares de gases con efecto invernadero crecieron un 6 %.