@LauraFArambarri / Conocí a Germán G. Lama hace 20 años. Yo acababa de llegar a la isla para trabajar en el periódico Última Hora Ibiza, donde él era jefe de fotografía.
Querer a Germán es muy fácil. Es un compañero excelente y un gran profesional. Cualquiera de sus fotografías habla por sí misma y eleva y mejora al artículo que acompañen. En Ibiza hay unos fotógrafos de prensa excelentes, a la altura de los mejores de los medios nacionales y, desde luego, muy por encima del nivel de otros periódicos locales.
Las imágenes de Germán han traspasado las fronteras de isla: ilustran la guía Lonely Planet de Ibiza y Formentera y han aparecido en las revistas GQ, Traveler Conde Nast y GEO, además de en los periódicos Le Monde o The New York Times, La Vanguardia y El País, entre otros medios.
De entre todos los grandes reportajes de Germán G. Lama hay uno que me emociona más allá del placer estético de las imágenes. Lo hizo a bordo del Paula G, un barco pesquero con base en Marín, Pontevedra, el pueblo en el que yo nací.
Como un marinero más, navegó en el Paula G hasta Gran Sol, uno de los caladeros más importantes del mundo, ubicado al oeste de las Islas Británicas. Allí los temporales son feroces. Allí, a lo largo de la historia, el mar se ha llevado por delante la vida de centenares de pescadores.
Documentar lo que allí sucede, que se conozca lo que cuesta que un rapante o una merluza acaben en nuestros platos, es uno de los grandes valores de ese reportaje. Los reporteros gráficos tienen, en estos y otros casos, una labor imprescindible: Son nuestros ojos en lugares que nunca pisaremos.
El reportaje se publicó en GQ. No dejéis de echar un vistazo a las imágenes, porque no solo son magníficas sino que se acercan de una manera muy humana al trabajo duro y casi heroico de los pescadores de estos caladeros. La mirada fotográfica de Germán es tal y como su mirada en persona. Cálida, acogedora y franca.
Mi padre, José Eusebio Ferrer, estuvo implicado en esta aventura marina de Germán porque, en su día, fue armador de un barco que pescaba en Gran Sol y es amigo del dueño del Paula G. Eso propició que se embarcase y que mi familia conociese a Germán en Marín. El trato con mis padres fue tan cariñoso y amable por su parte que, desde entonces, le aprecio todavía más.
Germán G. Lama acaba de recibir el premio PEP de Periodismo, un galardón que otorga cada año un jurado compuesto por profesionales del sector de la isla.
Los premios PEP comenzaron de una manera completamente casual, como suelen comenzar tantas cosas buenas que después se consolidan. Lo que iba a ser simplemente una cena despedida al entrañable Pep Ribas se ha convertido en costumbre y en premio. Los compañeros de Última Hora Ibiza lo recibieron el año del cierre del periódico, después fueron Xicu Lluy —a título póstumo—, Mise García, Joan Lluís Ferrer y Nacho Lahuerta.
El periodismo local, tan cercano y tan necesario, consolida así su día de orgullo y lo hace añadiendo a este hall of fame un nombre de lujo, el de Germán G. Lama. Mis padres, a 1.000 kilómetros de aquí, se van a alegrar cuando lo sepan.