@Noudiari / El Ayuntamiento de Ibiza prevé instalar en el antiguo colegio Sa Bodega, actual sede de la Escuela de Adultos, CEPA Pitiüses, situada entre la calle Canarias y la Calle Castilla, el albergue Zona Zero para personas sin techo o especialmente necesitadas para que tengan un refugio.
Esta decisión ha generado un enorme malestar entre el claustro de profesores del CEPA, no por el fin en sí mismo, que respetan, sino porque se trata de unas instalaciones calificadas como educativas en el PGOU vigente y porque la reforma que conlleva les dejará sin parte del espacio que necesitan.
Estas reformas implican el levantamiento de un muro «de gran envergadura» que supone para el centro perder el gimnasio donde se llevan a cabo las actividades comunes, un aula, la entrada principal del centro, y el recibidor cubierto donde la gente espera para ser atendida en la secretaria para recibir información o efectuar la matrícula en cualquier modalidad de la oferta formativa del CEPA Pitiüses.
El Ayuntamiento de Ibiza les ha asegurado que se trata de un uso provisional, «de varios años», pero desde el centro están preocupados porque creen que, una vez que se habilite el muro, no recuperarán el espacio para uso de la comunidad educativa.
Esta semana se ha producido una reunión entre el alcalde de Ibiza, una representante de la concejalía de Bienestar Social del Ayuntamiento, la Delegada Territorial de Educación y un representante de la Conselleria de Educación que se trasladó desde Palma para abordar el tema. Tras la reunión se informó al CEPA «del carácter inevitable e inminente del inicio de estas obras».
Aunque la titularidad municipal del edificio es incuestionable, los afectados subrayan que se trata de unas instalaciones de carácter educativo y que su objetivo es poder crecer, algo que ven poco probable si les restan espacio. Las matriculaciones han ido aumentando curso a curso. En el ejercicio 2016-2017 se matricularon 655 alumnos; en el 2017-18, 693 y el el 2018-19, 751.
Además, el CEPA Pitiüses tiene que gestionar desde estas instalaciones tres sedes más ubicadas en Santa Eulària, Formentera y el Centro Penitenciario.
Cuando el CEIP Sa Bodega ocupaba las instalaciones, las mismas tenían afectación educativa y no hay constancia de que se haya iniciado ningún proceso de desafectación desde julio de 2015, fecha en la que la escuela de adultos obtuvo la cesión oficial del Ayuntamiento de Ibiza para trasladarse de las instalaciones que tenían en la calle León a la antigua Sa Bodega.
El gimnasio de este centro educativo se viene empleando desde hace dos años para albergar a personas sin techo en los días más crudos del invierno, un hecho que no ha provocado ninguna queja del claustro. Sin embargo, en este caso consideran que si se va a hacer un cambio de uso del centro debería haberse hecho siguiendo los trámites administrativos pertinentes, que de acuerdo al reglamento, obliga a un periodo de alegaciones de un mes.
Los profesores consideran que el Ayuntamiento de Ibiza cuenta con infraestructuras más adecuadas para habilitar este uso sin tener que perjudicar a los usuarios de un centro que, año tras año, registra un incremento importante de alumnos, como demuestran las cifras.
El claustro ya tuvo que defender el edificio en los 70
En la década de los 70, el claustro de profesores del entonces Colegio Público de Sa Bodega se encontró en la misma situación. Según recoge la Enciclopedia de Ibiza y Formentera, en esa década el Ayuntamiento inició un proceso de desafectación del edificio y pretendía trasladar el centro a la zona de Can Misses. Fue la férrea oposición del Claustro que lo impidió, conservando así uno de los centros educativos más emblemáticos del municipio.