@LauraFArambarri / Los compañeros periodistas y cámaras de la cadena autonómica IB3 están de luto y no es para menos. El viernes salieron a la calle y en antena vestidos de negro para protestar por sus precarias condiciones laborales.
Buena parte de la plantilla está subcontratada a través de la productora Liquid Media, con lo que sus sueldos distan mucho del de los compañeros que trabajan directamente para la cadena. Por eso piden la internalización de sus contratos.
Me he quedado de piedra al saber, gracias a los compañeros de IB3 de Formentera, que cobran 1.247 euros al mes en doce pagas. Eso son 14.964 euros al año. ¿15.000 euros al año para vivir en Ibiza o en Formentera? Todos sabemos que es imposible. Bueno, no es imposible. Se puede hacer si compartes piso en modo patera hasta el fin de tus días y si tu dieta consiste en comer arroz hervido con garbanzos de bote del Mercadona.
Hace ya muchos años que a cualquier trabajador de las Pitiusas se nos va un porcentaje altísimo del sueldo en alquiler, por no hablar de que todo es más caro en general. Lo que en la Península es un sueldo bajo, aquí es directamente miserable.
Esta noticia nos llega la misma semana en que conocemos que los miembros del Govern balear, altos cargos y el personal eventual que residían en las islas de Menorca, Ibiza o Formentera, o fuera de las Baleares, en el momento de su nombramiento y han mantenido esta residencia, están cobrando una indemnización de 22.000 euros anuales por el coste de su residencia temporal en Mallorca. Es decir, lo que cobran esos altos cargos como complemento a su salario es muy superior al sueldo completo de un trabajador de la cadena autonómica: 7.000 euros más.
No voy a entrar a valorar si es justo o no cobrar ese complemento porque con esta clase de cosas es muy fácil caer en la demagogia. Lo que no me parece lógico es que los altos cargos que lo cobran no estén obligados a justificar en qué lo destinan.
Tras un vuelo de Ibiza a Palma con varios políticos ibicencos que acudían a la sesión del Parlament, un amigo observó con tristeza como cada uno tomaba un taxi diferente en la parada del aeropuerto, mientras que él, apenas mileurista, esperaba al autobús para ir al centro. ¿Por qué no comparten taxi personas que van al mismo lugar y que lo pagan con dinero público? ¿Puede un trabajador de Liquid Media tomar un taxi por capricho? Lo dudo mucho.
Lo cierto es que la profesión a la que me dedico sufre de una precariedad sonrojante. Según el portal de búsqueda de trabajo Indeed, el sueldo medio de las ofertas actuales de periodista es de 1.061 euros al mes. Y eso es la media, muchos no llegan ni a mil euros.
Los sueldos que se cobran en este país son ridículos en un gran número de profesiones. Todo se sostiene en un frágil y falso equilibrio; un castillo de papel cimentado en el apoyo de padres, abuelos, o en una vida en permanente estado de peterpanismo, en la que no cabe tener un piso propio, ni en propiedad ni en alquiler, por no hablar de tener hijos u otras cosas menos ambiciosas como llegar a fin de mes con algo más en la nevera que medio limón seco y un yogur caducado.
La profesión a la que me dedico es una de las que peor pagadas están, sobre todo si se tiene en cuenta que somos, en la gran mayoría, personas con títulos universitarios y con años de experiencia, que además trabajamos en un sector que tiene un peso social importante.
Mi aplauso a los compañeros de IB3 porque están teniendo la valentía y la dignidad de salir a la calle y denunciarlo. Consentir y callarse es el caldo de cultivo de la explotación y la precariedad.
No ens hem format per rebre aquesta vergonya de salari. #prouprecarietat @IB3 @goib #DivendresNegre #InternalitzacióJA #SomIB3 #BlackFriday @SPIBviu @IB3noticies @ComiteinfosIB3 pic.twitter.com/sH6YcK6PZp
— David Arteaga Valledor (@darteaga92) December 13, 2019