El sector turístico insular ha tenido por fin una buena noticia esta semana: el Govern balear ha decidido ponerse las pilas y empezar a trabajar decididamente por acabar con ese turismo de borrachera que beneficia sólo a unos pocos y daña la imagen de todos.
Con la aprobación de este decreto ley contra el turismo de 2×1 y alcohol barato, el Ejecutivo de Francina Armengol ha optado finalmente por seguir la senda abierta por el Ayuntamiento de San Antonio, liderado por el popular Marcos Serra, de tomar medidas para acabar con un tipo de turismo que, aunque esté presente en casi cualquier parte del mundo, en determinadas zonas de las islas se estaba convirtiendo en mayoritario.
Uno de los pocos ‘peros’ que se le puede poner a esta ley es que cite con nombre y apellidos al municipio de San Antonio en su conjunto como zona de desvarío etílico y se le compare con El Arenal y Magaluf en Mallorca, donde la problemática del turismo de borrachera se ha convertido en una enfermedad endémica.
Esta premeditada equiparación de zonas turísticas ha hecho que el nombre de San Antonio haya estado ligado a aspectos negativos en periódicos, televisiones y radios de ámbito nacional. Sorprende que otras zonas con la misma problemática, como es Playa d’en Bossa, en el municipio de San José, hayan salido de rositas en esta ley y en el vapuleo mediático consiguiente. Será quizás porque quien gobierna este municipio es del mismo palo político que Armengol. Quizás hay que dejarse de tanto intentar dañar políticamente al adversario, ser valiente, gobernar de una vez por todas para todos los ciudadanos y aplicar esta ley en todas las islas Baleares, y no sólo en determinadas zonas.
En este sentido, el equipo de Gobierno de San Antonio ha sido coherente con su política de mejora de la calidad turística y ha ampliado la zona de afección de esta ley a buena parte del casco antiguo de la localidad y no sólo al área del West End, como pretende el Govern. Cabe recordar que los actuales dirigentes del Ayuntamiento han clausurado 5 locales de ocio por incumplir las ordenanzas, algo que no se había hecho en los últimos 4 años, y están promocionando San Antonio como destino gastronómico y de bodas.
Pero no sólo se mejora la calidad del turismo con este tipo de leyes y medidas. También es un aspecto fundamental que se tomen las medidas necesarias para agilizar el área urbanística y, de esta forma, conceder de manera rápida y sencilla licencias para que el sector hotelero se modernice y mejore de categoría.
También sería interesante que desde las instituciones se concedan determinados incentivos de tipo fiscal o de cualquier otro estilo para que los locales de ocio de las zonas problemáticas, como es el caso del West de San Antonio, puedan cambiar su actividad.
También el Estado tendría su parte de responsabilidad en esta mejora turística. Es de todos conocido que los turistas de gama alta buscan zonas seguras para pasar sus vacaciones. En este sentido sería más que interesante que Francina Armengol se pusiera en contacto con su líder, el presidente Pedro Sánchez, para que mejore de manera importante la dotación de Guardia Civil tanto a la isla de Ibiza como al municipio de San Antonio. Valdría la pena recordarle que serían muy bienvenidos en estas tierras todos aquellos agentes de la Benemérita que tendrán que salir de Navarra merced al pacto de investidura del PSOE con sus socios del PNV y Bildu.
Además, parte de la millonada de euros que tiene previsto Sánchez destinar al independentismo catalán podría desviarse para mejorar zonas maduras de las islas Baleares, y en especial San Antonio. El proyecto de embellecimiento del casco antiguo del municipio, o sea el West, que tiene previsto poner en marcha el Ayuntamiento, sería un muy buen destino.
Por José
María De
Lamo,
periodista