No soy muy partidario de las discotecas. Nunca lo he sido y, a estas alturas de mi vida, es casi seguro que nunca lo seré. Pero, independientemente de mis opiniones personales, sería un necio si negara el beneficio que ofrece este tipo de oferta a la isla de Ibiza.
De hecho, según un estudio elaborado por el catedrático de Historia Económica de la Universidad de las Islas Baleares, Carles Manera, y por Vanessa Rosselló, quien realizó una tesis doctoral sobre clústers empresariales en el archipiélago, la industria del ocio aporta de forma directa o indirecta alrededor de 770 millones de euros a la economía de Ibiza.
Esto se traduce, según este mismo estudio, en aproximadamente el 35% de la ocupación total de las Pitiusas. Además, continúan desvelando los datos oficiales, el gasto que lleva a cabo el turista musical duplica al realizado por toda una familia media de turismo de sol y playa.
Y guste o no guste, una gran discoteca puede dar trabajo a alrededor de 300 personas en temporada alta y mover entre 6.000 y 7.000 clientes cada noche.
Con todos estos datos en la palestra, es complicado poder oponerse a que este segmento turístico, que es totalmente complementario al resto de los que componen la fauna turística de Ibiza, permanezca abierto unas cuantas horas más durante dos días del año para alargar de esta forma la cada vez más corta temporada turística.
No lo ha entendido así la oposición del PSOE-Reinicia en el Ayuntamiento de San Antonio, que tras comprometerse en este mismo sentido con los empresarios del ocio durante la campaña electoral cambian ahora de opinión para tratar de lograr un posible rédito electoral.
La verdad es que el actual equipo de Gobierno lo que ha acordado es dar el mismo trato a las grandes discotecas que el que se les da en otros municipios (Ibiza y San José), gobernados por PSOE y la extrema izquierda (los mismos que se oponen de boquilla a esta medida en San Antonio).
De hecho, según la modificación de la ordenanza municipal, “podrá autorizarse una prolongación del horario de apertura hasta las 12 horas del día siguiente, para las denominadas fiestas de apertura y clausura, siempre que éstas se produzcan antes del 16 de mayo en las fiestas de apertura y después del 9 de octubre en las fiestas de clausura”.
Como es de esperar, esta autorización conlleva una serie de condiciones. La principal es que la actividad sea diaria y continuada desde el día de la fiesta de apertura hasta el día de la fiesta de cierre. Además, cada establecimiento sólo podrá hacer una fiesta de apertura y una de cierre.
Con esta medida el Ayuntamiento de San Antonio, además de equipararse al resto de municipios de la isla, contribuye a la desestacionalización turística y a la economía de toda la isla. Y es que no hay que ser muy listo para adivinar que los usuarios de estas discotecas se alojarán en algún hotel de la isla, alquilarán algún vehículo o harán uso del servicio de taxi, comprarán en algún supermercado o comerán en algún restaurante y, con toda probabilidad, llevarán algún souvenir a familiares o amigos. Todo esto, le guste o no a PSOE-Reinicia de San Antonio, beneficiará a su municipio, a Vila, a San José y, en algunos casos, a Santa Eulalia y San Juan.
El aporte económico de estos turistas servirá, si el equipo del Govern balear no lo impide, para dotar de mejores servicios a todos y cada uno de los municipios de la isla. Y todo por ceder unas horas más durante dos días de la temporada. Que cada uno valore si merece o no la pena.