@Noudiari / La Copa del Mundo de balonmano, el preciado trofeo que conquistó en enero de este año la selección española dirigida por Valero Rivera, se expuso este sábado en el colegio Sa Real de Eivissa. Es una gran figura de bronce que representa a un jugador en el momento de lanzar la pelota y que se apoya en una peana redonda en la que están colocadas las placas conmemorativas de los vencedores de cada edición del Mundial, desde 1938 (Alemania) hasta 2013 (España).
Víctor Barquero, en representación de la Real Federación Española de Balonmano, es el encargado de la seguridad del trofeo. También responde a las preguntas que le hacen los curiosos. «Sí, es la Copa original, y no, no se puede levantar», son las respuestas que tiene que repetir al menos cien veces a lo largo del día.
«El trofeo lo hemos traído de Madrid y esta tarde regresa a la capital. El jueves y el viernes viaja a Soria, donde juega la selección femenina de balonmano», asegura Barquero, que lleva escoltando la figura de bronce desde el pasado 8 de febrero entre una localidad y otra. «Mucha gente ha podido ver la Copa y en los lugares más diversos: centros comerciales, polideportivos, Ayuntamientos, colegios, etc. Casi me he recorrido toda España», declara.
El periplo del trofeo por Eivissa ha sido breve. El trofeo fue expuesto en el colegio de Sa Real desde las 10,30 hasta las 19,30 horas de este sábado, aprovechando que se disputaba una Diada Interinsular alevín en el pabellón Joan Pau II, con la participación de doce equipos baleares: HC Sant Josep, Virgen de la Consolación, Colegio Mestral, HC Puig den Valls, Avebal, Mata de Jonc, Santa María, BM San Antonio, Sa Real, HC Eivissa, Aina Moll y Son Rapinya.
Los jóvenes deportistas y sus acompañantes en la Diada fueron el principal público de la exposición del trofeo, colocado en un estand junto a varias fotografías de la celebración del título por parte de la selección española y por un enorme cartel del equipo femenino. Pero también hubo muchos curiosos que se acercaron al colegio para fotografiarse o, simplemente, para contemplar el monumental trofeo. Eivissa, por unas horas, también fue campeona del mundo.