@Noudiari / Son muchos los restaurantes de Ibiza que han decidido echar el cierre y buscar soluciones temporales para sus plantillas mientras dure la alerta sanitaria por el coronavirus. Sin embargo, muchos otros han decidido lanzarse al reparto a domicilio, algo que preocupa a los trabajadores relacionados con este sector ya que ellos no pueden quedarse en casa atendiendo a sus hijos o a sus mayores, con el consiguiente miedo al contagio.
«Entre ayer y hoy se han duplicado los pedidos y no paramos de recibir la visita de repartidores en busca de las provisiones para restaurantes que inician el delivery«, explica a Noudiari un empleado de una empresa de distribución de alimentación de la isla. Además dice que en su empresa no se ha tomado ningún tipo de medida de seguridad ni las están tomando los trabajadores que envían a por los pedidos. «¿Es así como se combate este virus?, unos en casa y otros trabajando, yo tengo que estar aquí cara al público y no puedo atender a mis mayores que son personas de riesgo», añade.
En la misma empresa cuentan que los restauradores llaman encargando guantes para los trabajadores y han comentado que han pedido indicaciones protocolarias a las instituciones sanitarias para los repartos a domicilio, pero, según afirma este empleado, «no les han sabido responder, así que andan tan perdidos como todos en estos casos».
De hecho, sólo hay que echar un vistazo por las redes sociales para ver como muchos restaurantes de la isla, incluso de los llamado ‘de lujo’ han comunicado el cierre del local pero el inicio del reparto de comida a domicilio, incluso alguno con los precios altos ofrece descuentos en su carta para llegar a más gente.
Amenazada con el despido por usar mascarilla
Otra empleada de una distribuidora de bebidas de Ibiza se queja de que su jefe le ha amenazado con despedirla si no se quitaba la mascarilla que había llevado a trabajar porque «era alarmante» para los clientes.
Trabajadores y empresarios, de diferentes sectores, afrontan estos días con inseguridad ya que por un lado se pide permanecer en casa pero otros son llamados a trabajar y consideran que no son de primera necesidad, o si lo son, sus empresas no están preparadas ni cuentan con protocolos para controlar esta situación de crisis.