Un alumno de Secundaria de Ibiza de 12 años de edad relata en primera persona y en colaboración con su hermana, de ocho, su día a día confinado en casa junto a sus padres. Su idea es hacer un ‘cuaderno de bitácora’ mientras dure el “encierro”. Desvelarán sus identidades una vez concluya el Estado de Alerta decretado por el Gobierno y un día antes de que puedan volver a clase, tal y como ambos han acordado.
Día 8 de aislamiento. Desde que empezó la cuarentena la decoración de mi casa ha cambiado.
El comedor es el despacho de mi padre. La habitación de mis padres se ha convertido en el bunker de mi hermana, hasta hemos tenido que mover la cama para que tenga sitio para hacer sus bailes.
El salón es el dormitorio de mis padres. La mesa de la cocina es un campo de ping pong. Hasta comemos con la red puesta porque mi padre dice que es un lío ponerla y quitarla todo el rato.
Y el pasillo es un campo de fútbol. Están pensando ponerle césped y todo. Aunque no tengo muy claro de dónde lo van a sacar. Por suerte no tendremos visitas en una temporada, porque sino iban a flipar.
Menos mal que les quedó claro, creo, lo que les pasaría si deciden invadir mi habitación. No voy a ceder ni un milímetro de mi cuarto para tonterías familiares.
Para tomar precauciones aún no tengo claro qué voy a hacer. De momento he pensado en rodear la puerta de ácido estomacal. Pero ya veré cómo avanza la situación.
Mi hermana y yo seguiremos contando mañana cómo va esto del encierro.
esto es peor que la casa de gran hermano¡
animo chicos¡