Especial Día Internacional del Trabajador / El Ayuntamiento de Sant Antoni aplaude la «excepcional labor» de la Agrupación de Protección Civil de este municipio, formada por personas que, la mayoría de las veces, están compatibilizando su propio trabajo con horas y horas de servicio voluntario a la comunidad.
Es más, nos recuerdan que, desde la DANA que arrasó una zona del municipio el 22 de octubre del año pasado, los voluntarios ya estaban trabajando más intensamente que nunca, despejando caminos y retirando material forestal. Una labor sin fin (hay que recordar que hay decenas de miles de árboles derribados) que se suma a las actividades habituales y, ahora, a la crisis sanitaria y social provocada por la pandemia.
Nos lo explica Domingo López, jefe de la Agrupación de Protección Civil de Sant Antoni desde 2008 y voluntario desde 1992, que apunta que en el dispositivo Covid-19 hay unas 15 personas trabajando a diario.
¿Qué servicios están prestado durante esta crisis sanitaria en Sant Antoni?
Desde que empezamos, desde el primer día, hemos estado revisando las zonas precintadas, como parques infantiles, playas y lugares públicos en general.
También hemos hecho labores de seguimiento y contacto con personas mayores que viven en lugares aislados, que tienen un problema adicional a la hora de ir a comprar comida, por ejemplo, o medicamentos.
Hemos estado atentos, además, a las personas con seguimiento de Servicios Sociales, aproximadamente una veintena que, en general, son independientes, pero que pasan por dificultades. Hemos estado pendientes de si necesitaban cualquier cosa, desde alimentación a una medicina.
¿También están ayudado a los escolares?
Sí, entregamos tareas a niños y niñas de centros escolares que, o bien no tienen ordenador, o bien no tienen acceso a Internet. Pero este es un tema que se va solucionar porque está prevista ya una entrega de ordenadores y de tarjetas SIM para que puedan conectarse. Hasta ahora hemos entregado ejercicios y deberes a los chiquillos.
Cada día, además, informamos a través de megafonía dentro de la población de las normas y de las pautas a seguir durante estos días, dependiendo de la fase en la que estemos.
¿Y eso hay que sumarlo al trabajo habitual de Protección Civil?
Sí, los trabajos rutinarios continúan, como la vigilancia forestal o incidentes que pueda haber en el día a día, como un incendio o cualquier asistencia.
¿Estos días están siendo muy intensos en comparación con el trabajo habitual que hacéis?
Llevamos sin parar desde el mes de octubre porque la DANA nos ha generado mucho trabajo. Hemos estado actuando en las zonas afectadas, despejando caminos, retirando pinos caídos… De modo que en caso de un incendio podamos llegar con los vehículos. Se nos ha juntado este trabajo con el operativo Covid-19.
Además trabajáis codo con codo con Cáritas de Sant Antoni…
Así es. Cáritas nos suministra alimentos que llevamos a ciertas personas aisladas, ya sea porque viven en el campo o porque han estado en contacto con enfermos o con familiares ingresados. Además, ayudamos a descargar los camiones que llegan con alimentos a Cáritas. Nosotros siempre estamos dispuestos a ayudar, así que se desplaza un grupo si necesitan ese servicio. Y como con Cáritas, con cualquier otra organización.
Hay una parte muy dura en vuestro trabajo estos días y otra cara más amable como las felicitaciones a los niños y niñas del pueblo.
Empezamos con los cumpleaños los primeros días de una manera un poco casual y, con el paso de los días, hemos tenido que abrir una agenda a propósito para cumpleaños. De hecho, destinamos un vehículo de vigilancia forestal a hacer cumpleaños, que son tres o cuatro de media cada día. La gente nos lo pide por Facebook o nos llama, o avisan a la Policía Local. Pero vamos a dejar de hacerlo a partir de este domingo, al igual que poner música a las 20 horas, porque consideramos que hay que ir volviendo a la normalidad. Desde que han empezado a salir los niños creemos que hay que volver a la normalidad.
Empezamos con los cumpleaños los primeros días de una manera un poco casual y, con el paso de los días, hemos tenido que abrir una agenda a propósito para cumpleaños.
¿No escuchar esas sirenas nos dicen que las cosas están volviendo a lo normal?
Exacto. Consensuamos con los compañeros que, el mismo día en el que los niños salieron a la calle, el domingo pasado, ya íbamos a dejar de activar la sirenas a las ocho. Incluso informamos de ello en los lugares donde más gente se asomaba porque es cierto que el momento en el que nosotros pasábamos y poníamos la música era su momento de esparcimiento, sus tres minutos de algo diferente que no sea el confinamiento y la televisión.
Pero es, sobre todo, porque el volumen de trabajo que tenemos ya es muy intenso. Conforme avanzan los días se está notando el impacto y necesitamos tiempo para atender a las personas y meternos de lleno en la campaña de incendios y en su prevención. La vida, independientemente del estado de alarma, continúa. Sigue habiendo accidentes de tráfico, paradas cardiorespiratorias, incendios… Es verdad que este tipo de incidentes se han ido reduciendo porque ha habido menos movimiento en la calle pero no va a dejar de haber otro tipo de incidentes como los naturales, que siguen su curso.
Domingo concluye lanzando un mensaje de prudencia y pide a los ciudadanos que cumplan con las recomendaciones de las diferentes fases de la desescalada para evitar rebrotes y que regresen los confinamientos de nuevo.