Gemma Casadevall / EFE / Alemania reabre la puerta a las vacaciones en el extranjero, en formato limitado, según evolucione la pandemia, y consensuado con los destinos preferenciales en la Unión Europea, incluidas España e Italia, los socios más golpeados por la COVID-19.
De la recomendación general de no viajar a ningún país del mundo, vigente desde mediados de marzo, quiere pasar el Gobierno de Angela Merkel a «indicaciones específicas y diferenciadas», según explicó su ministro de Exteriores, Heiko Maas.
El marco previsto para levantar esa advertencia es el 15 de junio, fecha en que expiraría el aviso vigente. Ese es, además, el día que mencionó la canciller la semana pasada ante el Bundestag (Parlamento federal) a partir del cual deben ir cayendo las restricciones fronterizas implantadas en el espacio Schengen.
«Está claro que no puede contarse con un rápido regreso a lo que era habitual», advirtió Maas, quien recordó que eso depende también de las restricciones que se mantengan en cada uno de los países comunitarios y a la evolución de la pandemia.
El 15 de junio no será la fecha en la que la gente podrá volver a viajar a destinos turísticos, sino el día para el que se espera poder levantar una recomendación de no viajar que, insistió, no puede ni es necesario mantener para siempre.
Maas, del Partido Socialdemócrata (SPD), hizo esta declaración tras la reunión virtual mantenida con homólogos de diez países -España, Italia, Portugal, Croacia, Malta, Grecia, Austria, Bulgaria, Eslovenia y Chipre-. Anunció un nuevo encuentro para dentro de quince días, donde deberá abordarse la situación y las medidas concretas a seguir.
Alemania es «campeón del mundo en viajes», afirmó Maas, en alusión a su condición de país emisor de turistas. Los países cuyas economías «dependen más fuertemente del turismo» están expectantes ante la llegada de esos viajeros. Pero, en las condiciones actuales, no puede esperarse que éste sea «un verano habitual», alertó.
En muchos lugares de Europa la situación se está desarrollando de manera positiva en cuanto al número de infecciones, recordó. Pero también dentro de cada uno de esos países la situación es «muy diferenciada», dijo.
Mencionó como ejemplo el caso de las ciudades españolas de Barcelona o Madrid, que durante semanas han presentado altos niveles de contagio y aún están bajo fuertes restricciones, en comparación con otros lugares como las islas Baleares, con una incidencia mucho más baja.
Su ministerio espera poder concretar, de acuerdo al proceder de sus socios, unas indicaciones al viajero «diferenciadas», para qué éste pueda decidir «dónde es responsable de pasar vacaciones este año y de cuáles son los riesgos».
«Queremos volver paso a paso a la normalidad», enfatizó Maas, quien, no obstante, agregó que la intención no es crear la sensación de que «todo volverá a ser como en el pasado», y señaló en ese sentido que «habrá restricciones en playas, restaurantes y en los centros de las ciudades».
Al final, el destino turístico dependerá de cuán bien haya combatido y en qué medida haya superado el país o la región en cuestión la pandemia, señaló Maas.
Normalización interna y fronteriza
El encuentro virtual del ministro con sus homólogos de esos países preferenciales -de los que España es el primer destino turístico, con once millones de visitantes en 2019- tuvo lugar cinco días después de que Alemana empezara a reducir los controles fronterizos terrestres con sus vecinos.
Primero se levantaron las restricciones con Luxemburgo y Suiza, mientras que con Dinamarca, Austria y Francia se ha procedido a aliviarlas, a la espera de su total desaparición, a más tardar, el 15 de junio. Con Holanda y Bélgica nunca llegaron a implantarse controles, mientras que las fronteras con Polonia y la República Checa siguen cerradas a falta de acuerdos bilaterales para levantarlas.
Varios Länder del oeste del país -fronterizos con Luxemburgo, Holanda, Bélgica y Francia- suprimieron ya la semana pasada el imperativo de la cuarentena a los viajeros que ingresen por ahí en territorio alemán. Se espera que el resto implemente próximamente esa medida, con algunas variaciones, en los próximos días.
Para muchos alemanes, la perspectiva del veraneo en el extranjero tal vez sea aún demasiado inconcreta. El propio Maas había advertido hace apenas unas semanas de que lo más probable es que este año las vacaciones fueran en casa.
Los Länder con mayor atractivo turístico -en la costa báltica, la ciudad-estado de Berlín o Baviera- podrían vivir una temporada extraordinaria, gracias a ese turismo doméstico. Los estragos económicos que conllevará la pandemia hacen temer, sin embargo, que para muchos ciudadanos de la Alemania en recesión el verano discurrirá en casa.