EFE / La Conselleria balear de Medio Ambiente ha empezado este martes los trabajos de restauración ambiental de los daños provocados en Sant Antoni por el «cap de fibló» registrado en octubre de 2019.
El presupuesto de las actuaciones suma 151.800 euros y tiene como objetivo disminuir el riesgo de incendios y la proliferación de plagas en la zona afectada, ha informado el Govern en un comunicado.
Los trabajos previstos tienen tres ejes de actuación que son la seguridad, la gestión y la evaluación de la recuperación ambiental.
Esta semana los operarios harán las primeras tareas antes de la llegada de la maquinaria pesada que se prevé a inicios de la próxima.
Los daños detectados por los técnicos de gestión forestal suponen una acumulación “extraordinaria» de restos vegetales dentro de masa forestal, pero también cerca de vías de circulación y viviendas, que pueden originar problemas como por ejemplo caídas de árboles encima de infraestructuras.
Además, se añade un mayor riesgo de sufrir un incendio forestal así como de una mayor afección de plagas por escolítidos debido a la presencia de árboles vivos, pero muy debilitados, junto a grandes restos de madera verde en tierra. Estos representan un «potencial foco» de atracción por los perforadores de los pinos.
Medio Ambiente ha precisado que el recorrido del cap de fibló, registrado el 22 de octubre del pasado año, fue de 11 kilómetros de recorrido, con trayectoria SW-NE y con una anchura variable, que en algunos puntos sobrepasó los 1,5 kilómetros.
Así, se estima que la superficie total afectada se sitúa alrededor de 296,58 hectáreas, de las que 29,07 están ubicadas entre Cala Gració y la urbanización de Can Germà y el resto, 267,51 hectáreas, están en terreno forestal y en zonas orográficamente muy complicadas y de muy difícil acceso para trabajar.
Asimismo, 145 de estas hectáreas están «intensamente» afectadas, con árboles rasgados y tumbados, principalmente pinos (Pinus halepensis) y secundariamente sabinas (Juniperus phoenicea), sobre todo los pies adultos.