EFE / El empresario ibicenco y presidente del Palladium Hotel Group, Abel Matutes Prats (Barcelona, 1977), asegura en una entrevista a Efe que el turismo, en términos globales, no se recuperará en 2021 todo lo que al tejido empresarial le gustaría y apuesta por continuar con el modelo turístico de Ibiza, ya que cambiarlo, dice, sería «una auténtica locura».
Hijo del exministro homónimo, que en enero le cedió la presidencia de la hotelera familiar, Matutes se muestra optimista de cara a la próxima temporada en su isla. El ocio, nocturno y diurno, combinado con las playas, la oferta complementaria y la marca Ibiza se convierten, afirma, en fortalezas respecto a otros destinos.
Pregunta.- ¿Cuánto tardará Ibiza en recuperarse turísticamente?
Respuesta.- Ibiza tiene una cosa muy buena y es que su propuesta es bastante diferente a otros muchos sitios y es una fortaleza de venta muy importante porque, en un momento que te baja la demanda, no compites con la oferta que hay fuera. Creo que el 2021 en Ibiza va a ser más fuerte que en la mayoría de destinos. En términos globales, el turismo no se va a recuperar en 2021 todo lo que al sector le gustaría, pero Ibiza creo que va a ser la primera zona en salir. Nosotros ya estamos notando, sobre bases muy bajas que no son representativas, que las ventas que tenemos a día de hoy para 2021 son mucho más fuertes de las que teníamos el año pasado para este.
P.- A pesar de la marca, el problema de Ibiza es la conectividad ¿se puede lograr una desestacionalización real o se deben potenciar las conexiones?
R.- Si Ibiza comercializase y vendiese planes un poco más atractivos en invierno estoy convencido que las compañías aéreas meterían más vuelos y ayudarían a desestacionalizar. Ibiza solo tiene un problema de conectividad en invierno, en verano tenemos magníficas conexiones y este verano será muy diferente porque los precios están por la nubes. Lo que sí me gustaría es que se alargase un poco la temporada y creo que, con lo que tenemos, tendríamos que ser capaces de tener siete meses fuertes.
P.- ¿Puede Ibiza sobrevivir sin discotecas?
R.- El modelo económico y social de Ibiza, no. Ibiza tiene una cosa magnífica, que es diferente al resto del mundo por la oferta de ocio que tiene. Tendemos a demonizarlo, pero esta temporada nos daremos cuenta de lo importante que es este tipo de turismo y los ingresos que genera para la isla.
P.- ¿El modelo turístico de Ibiza es el adecuado o hay que cambiarlo?
R.- Todo es susceptible de mejorar, pero es el adecuado en verano y tendríamos que intentar generar una serie de ofertas en invierno. Sería una auténtica locura cambiar este modelo, que muchos destinos turísticos del mundo querrían para sí.
P.- ¿Cómo cree que se ha gestionado la crisis sanitaria tanto por parte del gobierno nacional como balear?
R.- Ha sido todo tan novedoso que mentiría si dijese que considero que se ha reaccionado bien por parte del Gobierno central, pero también le reconozco el no tener demasiada visibilidad sobre cómo reaccionar. Creo que se podrían haber hecho las cosas mejor, pero también considero que será muy ventajista por mi parte ir dando lecciones. El gobierno balear entendió lo que se jugaba, entendió el impacto que esto tenía para el turismo y se puso en contacto con los empresarios y entendió perfectamente la casuística. Luchó para mantener su tejido industrial y no tengo ninguna queja. El gobierno nacional está haciendo últimamente un esfuerzo para abrirse e intentar entender que España no podía renunciar al turismo el resto del año. Lo único que me hubiera gustado era más planificación e información al sector, pero reconozco lo complicado que ha sido gestionar todo esto.
P.- ¿Cómo ha afectado la crisis sanitaria al Grupo Palladium, hay alguna estimación de pérdidas?
R.- No hay estimación de pérdidas porque es prácticamente imposible hacer ahora mismo previsiones, incluso, de lo que podemos ingresar con los hoteles que estamos abriendo. Es la primera vez, en muchos años, que no trabajamos con presupuestos. Ahora trabajamos con presupuestos de salvación. Hemos abierto hoteles porque, primero, pensamos que podríamos conseguir mover la marca y, segundo, no perder más de lo que se perdería estando cerrados. Eso hace que no tengamos claro cuáles van a ser los números a final de temporada, no solo en Ibiza sino en el resto del mundo.
P.- ¿Qué previsiones de ocupación hay para los diferentes destinos?
R.- Las previsiones son tan difíciles de hacer en este momento porque siempre se compara con el ritmo de ventas de otros años, con comportamientos en condiciones estables. Ahora ha sido todo tan novedoso que es difícil. En Ibiza, nosotros, dentro de no mucho nos pondremos por encima del 50% y es una satisfacción. De los que tenemos abiertos, esperamos tener un agosto medianamente aceptable.
P.- ¿La crisis sanitaria ha frenado algún plan de expansión del grupo?
R.- En cualquier empresa responsable lo que se debe intentar ahora es proteger la caja para salir de esta y ya pensaremos en reforzar la marca y destinos más adelante. La crisis sí ha frenado proyectos. Teníamos un plan para hacer dos hoteles en Jamaica que se ha congelado, pero seguimos haciendo una remodelación en San Antonio (Ibiza) y en Menorca, que teníamos previsto abrir este año pero se abrirá el que viene, y lo mismo pasa en Sicilia.
P.- Tras la crisis de 2008 ideó el concepto de hotel musical con la apertura del Ushuaia Ibiza Beach Hotel ¿Después de esta crisis tiene alguna idea similar?
R.- Todas las crisis sirven para reinventarse y las vacas gordas hacen que generes una serie de eficiencias sin darte cuenta porque tienen un margen atractivo. Ahora mismo no estamos trabajando en conceptos nuevos, pero estamos trabajando en mejorar y hacer más eficientes nuestros conceptos.