@Noudiari/ La consellera de Medi Ambient del Consell Insular de Formentera, Sílvia Tur, ha informado de que la máxima institución de la isla emprenderá acciones legales para impedir la ejecución de las prospecciones petrolíferas frente a las costas de las Pitiüses, cuyo comienzo está previsto para este mismo año. Asimismo, el Consell de Formentera unirá sus fuerzas al de Eivissa para iniciar estos trámites.
La consellera, quien elevará la propuesta de acuerdo al próximo pleno del Consell para consensuar las actuaciones, ha querido recordar que en febrero de 2011 ya se aprobó por unanimidad una propuesta de acuerdo que manifestaba el rechazo absoluto a estas prospecciones promovidas por la empresa Capricorn Spain Limited.
«Todas las acciones contempladas en el proyecto pueden suponer un grave impacto sobre las comunidades de flora y fauna marina del litoral pitiuso, sobre todo porque la mayoría de ellas están dentro de los límites de las zonas protegidas y están denominadas como de interés prioritario, tanto por la directiva europea de hábitats como por la Declaración de Bienes Naturales Patrimonio de la Humanidad», han explicado desde el Consell.
Efectos devastadores para la fauna y las praderas de posidonia
La empresa Capricorn Spain Limited obtuvo una autorización del Consejo de Ministros en diciembre de 2010 para investigar la existencia de bolsas de hidrocarburos en el golfo de Valencia. Este proyecto se ha dividido en dos fases, la primera de las cuales consta de una exploración sísmica con un radio de 4.296 kilómetros cuadrados, con el objetivo de obtener una cartografía en 3D de la zona y conocer la estructura geológica de los fondos marinos. Con este sistema, la empresa petrolera podría obtener información de zonas situadas hasta 7.000 metros por debajo del nivel del mar. La segunda fase de esta iniciativa acogería diversas perforaciones en diferentes lugares para sondear la existencia de hidrocarburos.
Tal y como se ha denunciado por parte de diferentes asociaciones ecologistas, los equipos sísmicos producen emisiones acústicas de hasta 265 decibelios, una potencia que podría ocasionar un gran impacto en las especies de maníferos y aves que habitan en estos lugares o que transitan por ellos por hallarse en sus rutas migratorias. Además, los efectos también serían devastadores para las praderas de posidonia oceánica.
En el caso de los cetáceos, por ejemplo, su oído sufre daños irreparables a partir de los 180 decibelios, 85 decibelios por debajo de los estipulados por las exploraciones petroleras. Además, especies protegidas como el delfín mular, la tortuga boba (Caretta Caretta) y el virot, sufrirían lesiones irreversibles. Además, las perforaciones se realizan con mezclas de lodos, minerales y productos químicos que son vertidos directamente en la zona objeto de estudio y después, movidos por las corrientes marinas, se diseminan por toda la zona, algo que perjudicaría a las especies que transitan y se alimentan en este área.