Durante la legislatura pasada el PP se hartó de denunciar, con mucha razón, que el departamento de Urbanismo y Actividades del Ajuntament de Sant Antoni estaba colapsado y no funcionaba adecuadamente.
En realidad era el equipo de gobierno en su conjunto el que no carburaba. En efecto, durante el mandato del alcalde Josep Tur ‘Cires’ (2015-2019) gobernaron (es un decir) en Portmany una coalición integrada por PSOE, Reinicia Sant Antoni y Proposta per Eivissa (PxE).
Su gestión estuvo caracterizada por la incompetencia, las polémicas absurdas y finalmente, la ruptura del acuerdo de gobierno por un caso flagrante de transfuguismo, al abandonar las filas de PxE la edil Cristina Ribas pero reteniendo el acta de concejal para, posteriormente, incorporarse como número dos de la lista de PSOE-Reinicia que encabezó Simón Planells.
Viejos problemas Marcos Serra Colomar (PP) es ahora el alcalde gracias a los votos de Cs y PxE, con quienes forma equipo de gobierno. La ciudadanía optó por un cambio en Sant Antoni, harta de los escándalos, las polémicas y las salidas de tono de las fuerzas progresistas. Sin embargo, los viejos problemas de colapso en Urbanismo no se han solucionado. Y eso que desde junio de este año ya no se exige tramitar la licencia de obras municipal para rehabilitaciones, reformas integrales y cambios de uso, siendo suficiente una declaración responsable de carácter excepcional.
Hizo bien el primer edil, durante las negociaciones para su elección, en retener el departamento de Urbanismo y Actividades para su partido, el PP, apartando de él a PxE. Su portavoz, Joan Torres, reconoció en mayo de 2019 que aquel área era “el peor departamento del Ayuntamiento”. Pero las cosas no parecen haber mejorado como cabía esperar. Por eso, no extraña que la oposición (PSOE-Reinicia) denuncie ahora la “parálisis” y la “nefasta gestión” de Marcos Serra. Donde las dan, las toman.
Marcos Serra debe responder a las acusaciones de los socialistas, con eficacia y resolviendo el problema que se arrastra ya demasiados años, si es que puede. Y si eso pasa por sustituir al concejal del ramo, Miguel Ángel Costa, pues debe de hacerse. Ya no valen excusas porque hace más de medio año que hay un nuevo equipo de gobierno municipal en Sant Antoni.
Serra pide tiempo para que se perciban soluciones, pero no es la primera vez que le oímos hablar así. Siempre recalca que se está trabajando, pero a los ojos de los vecinos el trabajo no cunde lo que cabría esperar. Y así los problemas generados durante la legislatura pasada ahí siguen… como el del chiringuito de Cala Gració, por citar solo un ejemplo que Serra ha sido incapaz de solventar y que habrá de costar muy caro.
Serra no debe olvidar, además, que su puesto depende de Cs y de PxE, sus socios de gobierno que le han propinado un severo tirón de orejas a cuenta del colapso en el área de Urbanismo. Por eso no tardó mucho Simón Planells en guiñar el ojo a Joan Torres, a quien estaría dispuesto a hacer alcalde en tal de desalojar al PP y Cs del gobierno municipal. Marcos Serra debe andarse con mucho ojo y espabilar si es que quiere terminar su mandato en 2023.
Por Joan Miquel Perpinyà | | |