Laura Ferrer Arambarri / Centenares de ostras rojas muertas en la costa de Ibiza, concretamante en la zona de Portinatx, pusieron en alerta el pasado mes de julio a Alejandro Pola, aficionado a las inmersiones y amante de la naturaleza marina.
Las Spondylus Gaederopus aparecieron muertas en ese tramo de la costa de Ibiza de manera masiva.
Nada parecía indicar que se tratase de la acción de un depredador natural «por lo masivo y la zona amplia» de mortandad que observó Pola.
Cuando hizo este triste descubrimiento, el submarinista no quiso sacar conclusiones precipitadas.
Entonces desconocía si se trataba de un hecho aislado o si se habían registrado episodios parecidos en otras zonas de Ibiza o de Baleares.
Ahora ha recibido la confirmación de que la mortandad es generalizada.
Así, las peores sospechas de Pola se han confirmado de la mano de la asociación de apneistas de Mallorca Blue.
Estos expertos en inmersiones han constatado episodios de mortandad de ostras rojas en Mallorca, tanto en la Reserva Marina El Toro como en la costa de Capdepera, que se suman a la de las costas de Ibiza.
Por el momento se desconocen las causas concretas de este hecho.
Algunos ya lo achacan al calentamiento de la temperatura del agua y al consiguiente aumento de la presencia de parásitos como los que han diezmado la población balear de nacras, el molusco bivalvo más grande del Mediterráneo.
Pola indica que a principios de los años 80 del siglo pasado «algún patógeno casi acaba con la población de ostras rojas, que han tardado más de 40 años en recuperarse».
El aficionado, muy concienciado con la protección de la naturaleza, cree que hay otros bivalvos afectados ya que en los fondos marinos «se ven gran cantidad de conchas diseminadas y no parece que tenga nada que ver con depredadores naturales». Las ostras rojas muertas en la costa de Ibiza serían una consecuencia más del calentamiento global.
«Lamentablemente se va confirmando que algo no anda bien con las ostras y otros bivalvos. Yo sospechaba que lo que registré en julio no era normal, pero tenía la esperanza que fuera muy localizado», explica Pola a Noudiari.