Joan Miquel Perpinyà / Desde que el día 21 de junio finalizó el estado de alarma, y con la intención de recuperar el turismo, principal —y casi único— motor económico de Balears, se nos ha estado hablando mucho de establecer “corredores turísticos seguros” y de convertir las islas en un “destino seguro”.
Es raro el día que los partidos que gobiernan el Consell d’Eivissa (PP y Cs) no reprochan al Govern balear de Francina Armengol y al Ejecutivo de Pedro Sánchez que no se establecieran mayores controles en los aeropuertos e incluso que no se exija el requisito de una prueba PCR negativa en origen a todo aquel que pretenda entrar en Ibiza.
Lo plantean como si se tratase de una solución mágica que hubiese hecho que los visitantes extranjeros hubiesen optado por veranear en las Pitiusas como si nada pasase, como si la pandemia por el Covid-19 hubiese quedado atrás, cuando no es así.
La actividad turística está bajo mínimos, no en las Baleares ni en Ibiza y Formentera, sino en todo el planeta. Incluso en los destinos que sí optaron por exigir una PCR en origen, como Grecia, Italia, Egipto, Turquía, República Dominicana o Brasil. ¿Acaso ellos pueden ser considerados destinos seguros? No parece que los turistas lo perciban así porque el desplome del turismo se cuantifica en cifras muy similares a las que sufrimos nosotros: en Mykonos (Grecia) alrededor de un 80%.
Vicent Marí puede insistir en que se exijan PCR a los visitantes, pero eso no hará que la situación del turismo mejore ni un ápice, como no lo ha hecho en Grecia, por ejemplo.
Está muy bien que el Consell d’Eivissa organice reuniones por videoconferencia con los principales operadores turísticos para estudiar el modo de abordar exitosamente la próxima temporada turística, pero no hay soluciones maestras. Desde luego, las pruebas PCR no lo son, porque los visitantes tendrán que costearsela y eso encarece las vacaciones y disuade de viajar. Todo tiene sus pros y sus contras. Vicent Marí puede insistir en que se exijan PCR a los visitantes, pero eso no hará que la situación del turismo mejore ni un ápice, como no lo ha hecho en Grecia, por ejemplo. Lo puede repetir mil veces, pero por más que lo diga, eso no hará que los turistas vengan más.
Conviene recordar que desde un punto de vista sanitario, la propagación del virus no la ha producido la llegada de turistas. El Covid-19 ya está aquí y además, los contagios están fuera de control, como demuestra el confinamiento ‘light’ que el Govern ha impuesto en algunas barriadas de Vila y Sant Antoni. De forma que procuren todos plantear medidas razonables, coherentes y sensatas, pero evitando la demagogia porque eso sí que ayudará a que la próxima temporada haya más turismo.