EFE / La Policía Nacional y la Agencia Tributaria se han incautado de 35 toneladas de hachís tras abordar en aguas de Baleares, el estrecho de Gibraltar, Canarias y Mauritania seis narcoveleros fletados por una banda del este de Europa en «la mayor operación de la historia» contra el tráfico de este tipo de drogas por vía marítima.
Once personas -nueve ciudadanos búlgaros y dos rusos- han sido detenidas en los seis abordajes, según han informado el delegado del Gobierno en Canarias, Anselmo Pestana, y portavoces de la Policía y de la Agencia Tributaria en la base naval de Las Palmas de Gran Canaria, donde han cuantificado en 60 millones de euros el valor que tendría en el mercado la droga aprehendida en esta operación.
Los agentes implicados en ella consideran que su trabajo ha confirmado que las mafias del tráfico de hachís están abriendo nuevas rutas en el entorno de Canarias y África y por la costa portuguesa cercana a Galicia, como respuesta a la presión que las fuerzas de seguridad españolas ejercen desde hace tiempo contra el tráfico de este tipo de sustancias en el Campo de Gibraltar y el Estrecho.
Esta operación marítima, denominada Goleta-Gratil, se ha desarrollado entre los días 24 y 28 de septiembre y en ella han participado cuatro patrulleros, un helicóptero y un avión de Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria, además del Buque de Acción Marítima (BAM) Meteoro de la Armada, que se han sumado así a la investigación desarrollada durante meses por efectivos de la Agencia Tributaria y Policía Nacional.
El hallazgo en octubre de 2019 del barc Amaalta, sospechoso de narcotráfico, dio pie a una investigación conjunta sobre esta y otras embarcaciones que permitió esclarecer que la organización intervenida habría establecido inicialmente su base de operaciones en Baleares, desde donde pretendía preparar sus naves fuera del control que ejercen las fuerzas de seguridad sobre las zonas más «calientes» de estas actividades ilícitas.
Las actuaciones conjuntas fueron judicializadas en el Juzgado Mixto número 5 de El Puerto de Santa María (Cádiz), abriéndose posteriormente nuevas diligencias en el Juzgado de Instrucción número 3 de Manacor (Mallorca), Juzgado de Instrucción número 3 de Inca (Mallorca) y el Juzgado de Instrucción número 2 de Telde (Gran Canaria).
Los meses de investigación que siguieron a estas primeras pesquisas permitieron detectar más embarcaciones sospechosas de la misma organización: los veleros de alta gama Phase One, Hanna, Sweet Breeze, Eagle Ray y Carla.
El pasado 26 de marzo, cuando ya regía en España el estado de alarma por la pandemia de la covid-19, el patrullero Paíño de Vigilancia Aduanera, con base en Palma de Mallorca, abordó a 80 millas al sur de Mallorca al velero Phase One, de 17,2 metros de eslora y bandera holandesa, con 4.244 kilos de hachís, en una actuación en alta mar de alto riesgo debido a las condiciones de la mar y al intento de sabotaje mediante un incendio por parte de la tripulación que viajaba a bordo, detalla el Ministerio de Hacienda en un comunicado.
En esa ocasión fueron detenidos dos ciudadanos súbditos búlgaros que fueron puestos a disposición del Juzgado número 3 de Manacor que dirigía esa investigación junto con la Fiscalía de Palma de Mallorca.
Posteriormente, el 14 julio, se produjo la segunda actuación contra la organización, mediante la intervención del Hanna, de 14,5 metros de eslora y bandera del Reino Unido, en el golfo de Cádiz, con 360 kilos de hachís a bordo.
Finalmente, este mes de septiembre, después de que la banda criminal desplegara en el mar a los cuatro veleros que estaban controlando Vigilancia Aduanera y Policía Nacional, fue cuando se logró interceptarlos con ayuda de la Armada española, en el «mayor golpe dado al tráfico de hachís por vía marítima».
El velero Sweet Breeze, de bandera del Reino Unido y 21,99 metros de eslora, fue abordado por el patrullero Sacre de Vigilancia Aduanera, con base en Las Palmas, el pasado jueves, 24 de septiembre, al sudeste de Fuerteventura y en aguas internacionales, con 10.700 kilos de hachís.
Ese mismo día, el Eagle Ray, de bandera del Reino Unido y 18,6 metros de eslora, fue abordado por el patrullero Águila II de Vigilancia Aduanera -con base en Algeciras (Cádiz)- en aguas internacionales próximas al estrecho de Gibraltar con 9.300 kilos de hachís.
El Amaalta, de bandera alemana y 17,2 metros de eslora, fue abordado dos días después por una dotación de Vigilancia Aduanera embarcada en el BAM Meteoro de la Armada frente a las costas de Mauritania, en aguas internacionales, con una cantidad estimada de 4.500 kilos de hachís.
Esta cuarta interceptación fue especialmente compleja porque el velero presentaba una importante vía de agua que motivó que quedara sin gobierno a merced de unas condiciones meteorológicas muy desfavorables que provocaron que se hundiera cuando era llevado a puerto.
Finalmente, el velero Carla, de bandera holandesa y 16,2 metros de eslora, fue abordado este lunes, 28 de septiembre, en aguas al sudeste de Fuerteventura por el patrullero Sacre de Vigilancia Aduanera, con base en Las Palmas, con una cantidad estimada de 6.000 kilos de hachís.
Con este «gran golpe a la mayor organización criminal dedicada al tráfico de hachís por vía marítima compuesta por delincuentes de países del este» se ha «evitado que surjan nuevas rutas o aparezcan aprovechando la pandemia», destaca Hacienda.
La investigación sigue abierta para tratar de localizar e identificar a más integrantes de esta banda, por lo que no se descartan nuevas detenciones.