NouDiari / Por la mínima, sabiendo sufrir y defender hasta el último suspiro para lograr lo que se había resistido en la primera jornada, de la que se ha aprendido. Así ha ganado el conjunto de Eugenio Tilves su primer partido en la segunda máxima categoría del balonmano nacional, por un solo gol, 32-33. Suficiente para estrenar el casillero de triunfos en la cancha del Burgos y dejar huella en la historia de un club que ha ido quemando etapas sin renunciar nunca a nada y mirando siempre hacia arriba sin temor.
A casa paso, a cada peldaño que ha ido subiendo el Eivissa, el club ha fortalecido sus cimientos para aguantar la estructura y la ilusión por crecer, que nace desde la directiva con un contagioso optimismo que se extiende a lo largo de todas las ramas de una entidad basada en la formación de jugadores y que ahora cuenta con un espejo de quilates en el que ya se miran las categorías inferiores.
Nadie regala nada en una Liga como esta, en la que cada victoria será un parto para un equipo humilde, de pueblo, como el HC Eivissa. Se le escurrió el primer triunfo en su debut en un partido que tenía de cara, pero el conjunto ibicenco ha demostrado hoy que es un alumno aplicado que aprende rápido.
Perdía de uno el HC Eivissa a poco más de un minuto para el final (32-31, min. 58’45), pero en este corto espacio de tiempo fue capaz de igualar el partido gracias a un tanto de Francho Hernández y marcar el de la victoria a un suspiro del final (min. 59’19) por mediación de Marc Sánchez (autor de seis dianas) tras un robo en defensa culminado en una contra perfectamente ejecutada.
Pero ahí no acabó todo. Después vino un tiempo muerto del rival y 30 segundos para defender dos puntos que vienen para Ibiza para completar un estreno soñado en la categoría con dos partidos seguidos sumando y logrando lejos de casa un salvoconducto para soñar en la permanencia después de haber ido perdiendo de hasta cinco goles en diferentes momentos de la primera parte (18-14 al descanso) y el inicio de la segunda.