EFE / Los grandes productores de residuos, también denominados productores singulares, como son hoteles, restaurantes y cafeterías, serán los primeros en utilizar la planta de triaje del vertedero de Ca na Putxa, cuando empiece a dar servicio en diciembre.
El conseller de Gestión Ambiental, Vicent Roig, ha explicado a Efe que si se cumplen las previsiones, tras la inminente finalización de las obras, en noviembre se realizarán las pruebas de la maquinaria con el objetivo de que esta planta de selección de residuos y de tratamiento de materia orgánica entre en funcionamiento antes de final de año.
Para los residuos procedentes de las viviendas de la isla, el servicio se proyecta para el primer trimestre de 2021, aunque todo dependerá de si los municipios “están o no preparados para ello”, ha añadido Roig.
El conseller ha explicado que, si bien la expectativa del Consell de Ibiza era que la infraestructura estuviera lista para septiembre, la construcción que lleva adelante la concesionaria del servicio, la UTE GIREF, tiene un plazo de 26 meses, que se cumplen a mitad de noviembre.
Roig también ha señalado que, a causa de la pandemia, se han atravesado meses difíciles porque la maquinaria de la planta de triaje procede de Alemania y los trabajadores “vienen desde distintos puntos de Europa, con lo cual ha sido muy complicado gestionar el movimiento de esta gente”, ha detallado.
Por otra parte, el conseller se ha referido a la reciente resolución de la Comisión balear de Medio Ambiente que desestima el recurso interpuesto por la UTE GIREF contra el acuerdo de la propia comisión, del 26 de julio de 2018, para revisar de oficio la autorización ambiental del vertedero, precisamente por la falta de una planta de triaje, como la que se pondrá en marcha, para tratar los residuos.
Según ha asegurado, “es un tema muy técnico y jurídico que viene de muy atrás”, que “no afecta en nada” a la nueva infraestructura.
Ca na Putxa está diseñada para tratar 120.000 toneladas al año de Residuos Sólidos Urbanos (RSU) y 20.000 toneladas anuales de residuos orgánicos (FORM), que se separarán en un contenedor específico que se colocará junto con los otros contenedores municipales.