NouDiari / La Policía Local de Santa Eulària des Riu, junto con la Guardia Civil, identificaron en la madrugada del viernes a una treintena de personas y han iniciado el procedimiento para que se pueda sancionar por diferentes infracciones a los organizadores de una fiesta en una vivienda turística de la calle Romero de la zona de Ca na Negreta, en la Parròquia de Jesús. Los agentes pudieron constatar cómo estaba prevista la celebración de un evento al que se preveía la asistencia de decenas de personas y para el cual se contaba con servicio de seguridad privada, un DJ, vehículos de transporte privados y servicios de taxi mediante ubicaciones enviadas por whatsapp.
Las diligencias abiertas al respecto se trasladarán también al Consell Insular d’Eivissa por tratarse de una casa con título de vivienda vacacional y a la Conselleria d’Interior parar realice los expedientes que considere oportunos por violación de la normativa en materia de coronavirus. También se levantaron actas por posesión de pequeñas cantidades de droga.
La intervención se inicio en la medianoche del jueves al viernes cuando se recibió un aviso anónimo de que circulaba por whatsapp una invitación para una fiesta con decenas de invitados en la zona de Ca na Negreta y en la que estaba prevista la participación de un DJ, aunque sin concretar la ubicación. Una patrulla procedió a desplazarse hasta la zona e inició una batida que llevó a observar la presencia a las puertas de acceso a una parcela vallada de un grupo de personas en actitud sospechosa, los cuales abandonan el lugar al divisar a los agentes. También se observó una presencia inusual de vehículos de alta gama y de circulación de taxis en dirección a calles próximas.
Se inicia entonces un dispositivo, al que se incorporaría posteriormente la Guardia Civil, para mantener controlada la zona. La presencia policial hizo desistir del acceso a la fiesta de numerosos asistentes ya que se observó cómo varios vehículos VTC y taxis se dirigían a las inmediaciones de la casa, aminoraban en sus cercanías y al observar a los agentes, seguían la circulación, algo inusual en la zona a esas horas.
Los agentes mantienen la vigilancia para tratar de recabar más información sobre la cifra de asistentes y la naturaleza de la fiesta cuando reciben el aviso de que en un estacionamiento de una nave industrial cercana hay decenas de personas que esperan a que la policía se vaya para tomar las lanzaderas hasta la fiesta. Se desplazan entonces los policías y guardias civiles hasta el parquing, pudiendo descubrir a una treintena de personas sin mascarilla, sin guardar la distancia de seguridad que reconocen haber recibido la invitación para la fiesta, recibiendo únicamente la ubicación del estacionamiento como referencia. Los datos son corroborados por algunos chóferes de VTC y taxis allí presentes. Se descubren, además, pequeñas cantidades de drogas, por lo que se levantan también algunas actas al respecto.
Tras asegurarse de que los presentes se marchan del lugar, las unidades policiales vuelven a dirigirse a la casa, consiguiendo nuevamente que varios vehículos no accedan a la vivienda. Uno de ellos es detenido y se constatan también algunas irregularidades en su licencia, por lo que se abre también un expediente contra su titular. Los policías locales intentan contactar con los moradores, negándose estos a franquear el paso a los agentes o a poner fin a la fiesta, asegurando que son una cifra pequeña de invitados los cuáles se quedarán a dormir en la zona.
Al no existir quejas de los vecinos por las molestias ni datos que avalen que se esté cometiendo un ilícito penal o se esté poniendo en peligro la seguridad de las personas, se acuerda junto con la Guardia Civil poner fin al operativo presencial aunque se mantuvo cierta vigilancia al respecto por si se producían incidentes o quejas, algo que finalmente no ocurrió.