LOS HORRORES DE LA GUERRA
@L.F./ Hagamos un sano ejercicio de imaginación y visualicemos por un momento a la abuela paterna del mismísimo Adolf Hitler siendo violada por el hijo de la familia judía para la que trabajaba. En consecuencia, el bastardo padre del Führer sería medio judío. Imaginemos también que existe documentación escrita he irrefutable al respecto, y que esa información sensible es perseguida durante décadas, desde las Olimpiadas celebradas en Berlín en 1936, tanto por los acérrimos enemigos de los nazis que pretenden hacerla pública, como por la Gestapo y la Kempentai (policía secreta japonesa) cuya evidente finalidad última es la de destruirlos a toda costa.
Bajo esta sugerente premisa se nos presenta Adolf (Adorofu ni tsugu, “Tres Adolfs” en el original japonés) un extenso manga seinen (bélico) que abarca casi 1.700 páginas en la edición de la que dispone un servidor, la publicada por Planeta de Agostini en cinco volúmenes.
Pero por difícil que parezca, esta no es, ni de lejos, la saga más larga de Osamu Tezuka (Japón, 1928-1989) Este prolífico historietista y animador esta considerado ya no solo como el “padre”, sino como “el dios del manga” (manga no kamisama) debido a la calidad, innovación y enorme influencia de su extensísima producción de 150.000 páginas dibujadas y de 60 películas realizadas en sus exiguos sesenta años de vida. De entre la descomunal cantidad de trabajo acumulado entre cómic y anime merece la pena destacar obras cumbre del género como Fénix; Buda, el popular Astroboy (Tetsuwan Atom en el original japonés) Kimba, el león blanco, o Adolf, la misma que nos ocupa en esta reseña.
Tezuka relata en sus páginas las historias convergentes de tres Adolfs distintos en un periodo que abarca desde 1936 hasta 1983 y cuyos escenarios se reparten entre la Alemania nazi, al Japón Imperial y el recién creado estado de Israel aposentado sobre territorio palestino. El primero de ellos no es otro que el reconocible patán que abocó a toda la humanidad a la II Guerra Mundial por sus desvaríos imperialistas. El segundo es Adolf Kamil, hijo de judíos alemanes emigrados a Japón, y el tercero, Adolf Kaufmann, residente en la misma ciudad y mejor amigo del anterior, de madre japonesa y padre alemán, un importante cargo del partido nazi destinado en el consulado de Kobe. Es precisamente este último quien llega a tener relación directa con Hitler al llegar a ser su secretario personal tras un vertiginoso ascenso. Durante su proceso de radicalización fascista llega incluso a asesinar al padre de su otrora mejor amigo de la infancia. Mención destacada merece la celebrada versión alternativa de la muerte del Führer a manos de un miembro de la Gestapo descrito en el manga. La relación de Kaufmann, militante del grupo terrorista palestino Septiembre Negro, con el judío Kamil, va degradándose y cambiando de escenario con el paso de los años hasta convertirse en enemigos íntimos, del tal modo que este último terminará por asesinarlo, pero no sin antes haber hecho lo propio con su mujer e hija palestinas. Kamil también perecerá asesinado en un atentado terrorista en Israel en 1983.
El resto del elenco es amplio y rico en personalidades torturadas, muy del estilo del autor, y entre ellos merece la pena destacar al periodista japonés Shoei Toge, hilo conductor de la narración, cuyo hermano es asesinado en Berlin en 1936 por alemanes que van tras los comprometedores documentos para Hitler.
Un dato curioso de la edición española: Es bien sabido por todos que el manga japonés se lee en sentido inverso al nuestro, de derecha a izquierda y de lo que sería nuestra última página a la primera, por lo que antes de su impresión para la adaptación occidental debe ser corregido mediante un efecto “espejo” que permita su lectura de izquierda a derecha. En consecuencia, resulta jocoso deleitarse con nazis efectuando su peculiar saludo o estando a punto de hacerlo…¡con el brazo izquierdo! Una surrealista situación que da pie a pensar que están a punto de arrancarse con “La Internacional” de un momento a otro.
El arte de Tezuka es extremadamente eficaz y sencillo a la hora de desarrollar la acción de los personajes en imágenes, pero también detallado y realista a más no poder con la parte mecánica correspondiente a navíos, aviones o armamento de la 2ª gran guerra. El cómic se acompaña asimismo de una escrupulosa cronología anual de destacados acontecimientos políticos o militares relevantes para el correcto seguimiento de la trama, un plus muy de agradecer por los lectores en una obra de semejante extensión y calado histórico. El relato en su conjunto es una oda antimilitarista en tota regla, que hace especial hincapié en el sinsentido de cualquier enfrentamiento armado desde una perspectiva poco conocida en occidente, la suya propia, la de un Japón que sufrió en sus carnes las funestas consecuencias de la barbarie más absoluta.
Lluís Ferrer Ferrer (Cala Mastella, 1971) Especialista en tebeos y demás vicios insalubres, es el escritor (i)responsable de la Trilogía ibositana (2008-09-10) traducida al castellano y recopilada recientemente en El Hondero (2013), y de los guiones de la Webserie Salvador, un superhéroe low cost (2012-13)
La gran obra de madurez del maestro Tezuka. Indispensable, incluso para aquellos que no comulguen con el manga.
La gran obra de madurez del maestro Tezuka. Indispensable, incluso para aquellos que no comulguen con el manga.