Nunca un dicho ha sido tan universal como poco comprendido a pesar de la lógica que rebosa en tan pocas palabras.
Hoy me gustarÌa hablarles de los alimentos, denunciar cómo se está pervirtiendo la nutrición y ofrecer alternativas sencillas, coherentes y baratas si no gratuitas al despropósito en el que se ha convertido el desarrollo humano.
Lo primero es desaconsejar el abastecimiento en cualquier lugar del que no se sepa a ciencia cierta la procedencia del alimento por mucha información que traiga en sus etiquetas, lo ideal, desde luego, sería que cada uno cultivara sus propios alimentos, cosa que resulta de lo más sencilla cómo verán a continuación.
Pero antes deberÌan saber, por ejemplo, que la tan publicitada fibra no es un alimento. Su valor nutricional es nulo. Entonces, ¿por qué está tan en boga? Pues porque lo que sí es cierto es que ayuda en gran medida a la digestión, es más bien como una medicina, un laxante. El por qué se utiliza tanto tiene su lógica: los alimentos que nos venden contienen tal cantidad de tóxicos que precisan de ayuda para ser digeridos pues lo que buscan las autoridades no es matarnos, sólo que consumamos y trabajemos para ellos un cierto tiempo.
Desde mi punto de vista también habría que ir pensando en excluir la carne de la dieta, si bien su valor nutricional es alto, queda compensado por la cantidad de toxinas que incorpora y el comportamiento ético para con los animales está alcanzando niveles de sadismo obscenos.
Desde el punto de vista nutricional lo ideal sería no tener la necesidad de generar excrementos, que el 100% de lo que comiéramos fuera metabolizado por el organismo, lógicamente esto es impensable debido a la cronología de los acontecimientos, para que esto funcionara así deberíamos alimentarnos por vía intravenosa y mantener un nivel energético de vida completamente estable. Pero para este problema sí está preparado el organismo, de lo contrario no precisaríamos de los sistemas endocrino y excretor que acabarían siendo suprimidos por evolución.
En general hay que comer alimentos frescos y variados para mantenerse sano, tenga en cuenta que la nutrición afecta directamente a todos los estados del sistema incluído el anímico, valga el ejemplo de que de unos pocos gramos de bayas de goji puede extraerse el contenido de una pastilla de prozac. Mejor si estos alimentos son crudos, piense que la temperatura destruye, como mínimo, el 50% de los componentes metabolizables por el organismo.
Para sustituir el valor energético de la carne, propondré sólo una alternativa para no extenderme demasiado, pero hay más. Mi proposición es un alga: la espirulina. La espirulina está considerada por los nutricionistas un superalimento. Contiene 200 veces más proteína que la carne además de vitaminas, macrominerales, minerales, ácidos grasos esenciales, ácidos nucleicos (ADN y ARN), clorofila, y una amplia gama de fitoquímicos. Su valor nutricional es tal que comiendo tan sólo 5 gramos de espirulina al día se puede sobrevivir mucho tiempo si no se tienen requerimientos energéticos altos y complementándolo con algunas frutas, verduras y cereales se puede hacer vida completamente normal y muy saludable.
Su cultivo es sencillo, un cultivo de espirulina en un recipiente de 100 litros proporciona holgadamente la dosis diaria de 5 gramos para una persona sin demasiados problemas y su crecimiento sólo requiere de agua, luz que puede ser natural o artificial y los abonos requeridos por cualquier vegetal, los famosos NPK (nitrógeno, fósforo y potasio) que podrÌan incluso ser sustituidos por orina que no es un desecho sino los nutrientes excedentes del organismo.
Algunos estudios serios apuntan a que el maná que salvó de inanición a los israelitas en el desierto podría ser en realidad un alga como la espirulina u otra similar y la dieta de los astronautas en el espacio que solía componerse normalmente de alimentos deshidratados ha sido recientemente sustituida por cultivos de algas. El por qué estos conocimientos no se divulgan y fomentan es algo que habrá que buscar en los rincones más oscuros de la personalidad humana. Acabaré con una cita de Hipócrates: «Que el alimento sea tu mejor medicina y tu mejor medicina sea tu alimento» Bon profit!